Robert Kirkman. Cuanto más leo de este hombre más me doy cuenta de que llegará a ser uno de los grandes guionistas del cómic yanki, si es que no lo es ya. Me sorprendió con su Invencible (próximamente película, por cierto), me entretuvo con su Tech Jacket y me dejó patidifuso con lo poco que pude ver de su Battle Pope (¿¿a qué esperan para publicar ese cómic aquí??). Y ahora me ha puesto nervioso y acojonadillo leyendo un cómic. Cosa que no me pasó ni con 30 Días de Noche (vampiros chupasangre) ni con algunos de los momentos más sórdidos del From Hell de Moore o similares, por poner ejemplos.
Y es que por fin, tras haberlo oído nombrar y comentar baste, me he hecho con Los Muertos Vivientes, o si prefieren el título original: The Walking Dead. Tanto en un idioma como en otro el titulo deja como más que obvio el tema en torno al cual gira el cómic. Pues si... y no...
Veréis, hay zombies, los hay en cantidades ingentes. Y donde hay zombies hay fluidos purulentos, putrefacción, vómitos, tripas y algunos de los mordiscos más explícitos y sangrientos que me he encontrado en un cómic. La esencia visual del cine de estos agradables no-muertos está ahí, las situaciones que hemos visto o querríamos ver en las películas del género están ahí (esa infiltración en la ciudad empapándose de olor de un muerto para no ser atacado, por ejemplo), lo tiene todo... Y también tiene personajes tridimensionales y muy humanos. Es por eso que decía que el cómic no solo gira en torno a los muertos... gira en torno a los vivos, los pocos que quedan, las relaciones entre ellos y como reaccionan al ver el mundo patas arriba de tal forma. Dice Kirkman en su prólogo que uno de sus principales objetivos es hacer crecer a Rick, el protagonista, como personaje, verle cambiar y madurar según las circunstancias. Su deseo es escribir poco menos que una auténtica saga épica en torno a un grupo de personas, un grupo de supervivientes, intentando que la colección dure lo más posible.
Una saga épica. Con zombies. No sé, pero diría que algunos llevábamos tiempo esperando algo así. Buen provecho.
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