Peter Jackson es uno de esos directores que presentan una filmografía que no deja de ser curiosa, sobre todo en lo referente a sus primeros años y a su primera "trilogía" de películas con la que dio unas cuantas vueltas de tuerca al gore y al humor negro. De esta primera etapa solo había podido ver para mi desgracia escenas sueltas de Braindead y Mal Gusto. De su segunda película, El Delirante Mundo de los Feebles, de la que había oído hablar tanto o más que las otras, apenas unas pocas fotos. Luego PJ saltaría al drama intimista con Criaturas Celestiales para volver más tarde al terror gamberro con The Frighteners (detesto el título español, así que permítanme obviarlo), aunque ya sin alcanzar las cotas de mala baba de sus filmes iniciales al tratarse de una producción para un estudio hollywoodiense. Pese a eso, el neozelandés consiguió colarles alguna que otra pelota en el film. Después vendría la trilogía del Anillo, pero eso como se suele decir es otra historia.
Volviendo a los Feebles, como ya dije solo había podido ver unas pocas fotos y leer cientos y cientos de comentarios, nada más que eso... hasta esta tarde, en la que no puedo hacer nada más que bendecir al iluminado que inventó el divx, permitiéndome poder ver la película para comprobar si era tan gamberra y transgresora como se me había dicho en múltiples ocasiones. Y lo es, vaya si lo es.
Hagamos un repaso: Tenemos de protagonistas a un grupo de actores, cantantes y artistas de un popularísimo espectáculo de variedades -todos ellos 'teleñecos', o muppets si lo prefieren-, cuyo miembro más importante es una obesa hipopótamo, la gran estrella y diva del espectáculo Heidi, pareja de Bletch, el productor y jefazo del asunto, que le pone los cuernos con su secretaria gatuna y al que no solo le basta ser el pez gordo del espectáculo de los Feebles, sino que además trafica con drogas y comercializa películas porno rodadas por su ayudante, la despreciable rata Trevor. Añadamos también a un elefante con problemas de autoestima y depresión al que le surge un hijo no deseado con una gallina, un joven e inocente erizo recién llegado al espectáculo que cae enamorado de una de las coristas, un cocodrilo (¿o rana?) drogadicto veterano de Vietnam y traumatizado hasta la médula, una mosca reportera de la prensa amarilla y comemierda (literalmente) y un conejo que actúa como presentador del programa y que contrae la mixomatosis debido a su promiscuidad sexual y sus orgías, etc...
Os hacéis a la idea, supongo. El Delirante Mundo de los Feebles es una película que oscila entre la comedia de enredo, el drama y, porque no decirlo, el romance, pero todo ello distorsionado y cubierto con un filtro de humor negro, negrísimo, gamberro y destroyer a más no poder desmitificando a los populares programas infantiles de muppets y similares de forma cruenta y mostrándonos las bajezas y los lados más despreciables de sus protagonistas, algo de lo que solo se salvan unos pocos personajes. Todo ello culmina en un auténtico baño de sangre por parte de una despechada y enajenada Heidi que no deja de resultar en el fondo, una más que necesitada catarsis a la que sigue una suerte de happy end curiosamente optimista pero que no deja de tener su propia función de mala leche en el conjunto del film.
Volviendo a los Feebles, como ya dije solo había podido ver unas pocas fotos y leer cientos y cientos de comentarios, nada más que eso... hasta esta tarde, en la que no puedo hacer nada más que bendecir al iluminado que inventó el divx, permitiéndome poder ver la película para comprobar si era tan gamberra y transgresora como se me había dicho en múltiples ocasiones. Y lo es, vaya si lo es.
Hagamos un repaso: Tenemos de protagonistas a un grupo de actores, cantantes y artistas de un popularísimo espectáculo de variedades -todos ellos 'teleñecos', o muppets si lo prefieren-, cuyo miembro más importante es una obesa hipopótamo, la gran estrella y diva del espectáculo Heidi, pareja de Bletch, el productor y jefazo del asunto, que le pone los cuernos con su secretaria gatuna y al que no solo le basta ser el pez gordo del espectáculo de los Feebles, sino que además trafica con drogas y comercializa películas porno rodadas por su ayudante, la despreciable rata Trevor. Añadamos también a un elefante con problemas de autoestima y depresión al que le surge un hijo no deseado con una gallina, un joven e inocente erizo recién llegado al espectáculo que cae enamorado de una de las coristas, un cocodrilo (¿o rana?) drogadicto veterano de Vietnam y traumatizado hasta la médula, una mosca reportera de la prensa amarilla y comemierda (literalmente) y un conejo que actúa como presentador del programa y que contrae la mixomatosis debido a su promiscuidad sexual y sus orgías, etc...
Os hacéis a la idea, supongo. El Delirante Mundo de los Feebles es una película que oscila entre la comedia de enredo, el drama y, porque no decirlo, el romance, pero todo ello distorsionado y cubierto con un filtro de humor negro, negrísimo, gamberro y destroyer a más no poder desmitificando a los populares programas infantiles de muppets y similares de forma cruenta y mostrándonos las bajezas y los lados más despreciables de sus protagonistas, algo de lo que solo se salvan unos pocos personajes. Todo ello culmina en un auténtico baño de sangre por parte de una despechada y enajenada Heidi que no deja de resultar en el fondo, una más que necesitada catarsis a la que sigue una suerte de happy end curiosamente optimista pero que no deja de tener su propia función de mala leche en el conjunto del film.
La verdad es que ésta es una película que tengo grabada en VHS desde hace algunos años y que siempre cierta pereza el enfrentarme a ella. Siguiendo sus sabios consejos, un día de estos le daré una oportunidad.
ResponderEliminarPor cierto. A mí, hasta el momento, la película que más me ha gustado de este hombre es, sin lugar a dudas, la de las dos jovencitas. Criaturas Celestiales.