Venga, hoy vamos a hablar de cine, a ver si retomo el ritmo del blog, que lo tengo en barbecho desde hace ya un tiempo. Y hoy, en nuestra sesión de tarde toca... Depredador. Película en parte deudora del Aliens de Cameron en eso de mezclar fauna soldadesca con fauna alienígena, dirigida por un McTiernan en estado de gracia y en su época dorada y protagonizada por Arnold Schwarzenegger en el que es uno de sus trabajos más convincentes (junto con el de Conan el Bárbaro, Terminator y Mentiras Arriesgadas).
La película es de esas que va al grano. Y es que en ningún momento nos veremos sorprendidos por la naturaleza del ente que acosa al equipo de soldados de rescate de Dutch Schaefer ya que en los créditos iniciales se nos muestra la nave de la criatura descendiendo a nuestro mundo. De esta forma, la película no busca sorprender al espectador pero si mantenerle tenso, y es que poco o nada sabemos de la naturaleza del engendro al que van a enfrentarse ni cuales son sus motivos. En ese primer tercio de metraje se van asentando las piezas en lo que a ratos parece una película de acción convencional, con Dutch y sus compañeros como equipo de rescate enfrentándose a un nido de guerrilleros en una secuencia plagada de explosiones y disparos en cantidad ingente. Pero ya antes de esa explosión de acción nuestros protagonistas efectuaban dos sorprendentes hallazgos, uno de los cuales muestra que su misión no es del todo clara, y el otro aún más perturbador, en la forma de unos soldados despellejados y mutilados a los que encuentran colgados de un árbol y que parecieron ser presas de un pánico inexplicable antes de morir. Lo anormal hace acto de presencia en la película ya en ese momento y alcanza su culminación inicial con los primeros planos de la visión infrarroja de la criatura y de su mano agarrando un escorpión muerto. Sabemos pues que es un ser humanoide, pero seguimos desconociendo sus motivos, lo que le impulsa a matar.
Cuando el alienígena comienza a dar cuenta de los componentes del grupo de rescate, cunde el miedo y el desconcierto en unos hombres que de repente se encuentran enfrentados a algo que les supera. Mencionar aquí el dialogo de los personajes de Poncho y Billy ("Eso es mentira, tu no tienes miedo a ningún hombre" "Ahí fuera hay algo que nos está esperando, y no es un hombre") o el relato de Ana, la protagonista femenina, sobre el Diablo Cazador de Hombres del cual hablaban las ancianas de su pueblo, un relato que indica al espectador que esa criatura u otras como él llevan mucho tiempo (¿décadas? ¿siglos?) viniendo 'de visita' y que eleva al cazador alienígena a la categoría de terror atávico, pues ya se ha ganado a pulso un hueco en el corpus de supersticiones y mitos de al menos una parte del mundo.
Finalmente todo acaba como ha de acabar, con el héroe cara a cara con el monstruo en un auténtico duelo en el que un primer momento el cazador se convierte en cazado gracias al uso de un montón de "trucos de boy-scout" que pillan por sorpresa a un ser que no tenía problema alguno en evitar la tecnología de minas y bengalas de aviso de la que habían hecho gala previamente Dutch y sus hombres pero que se ve sorprendido por una serie de trampas rudimentarias e improvisadas. Alguna que otra persona ha querido ver en esto una expresión de la idea de que el hombre en comunión con la naturaleza es superior al hombre en comunión con la tecnología. Por lo que a mi respecta, solo es una muestra de que para sobrevivir e improvisar lo que sea con los elementos del entorno que nos rodea no nos gana nadie como especie.
En resumen, una conseguida película de acción y suspense que desde luego se tiene ganado un puesto en el recuerdo de un buen número de aficionados y que nos regaló a una de las razas alienígenas más interesantes y curiosas del celuloide, o en palabras de Dutch... "toda una belleza" (claro que lo de "hijo de Satanás" también sería válido)
La película es de esas que va al grano. Y es que en ningún momento nos veremos sorprendidos por la naturaleza del ente que acosa al equipo de soldados de rescate de Dutch Schaefer ya que en los créditos iniciales se nos muestra la nave de la criatura descendiendo a nuestro mundo. De esta forma, la película no busca sorprender al espectador pero si mantenerle tenso, y es que poco o nada sabemos de la naturaleza del engendro al que van a enfrentarse ni cuales son sus motivos. En ese primer tercio de metraje se van asentando las piezas en lo que a ratos parece una película de acción convencional, con Dutch y sus compañeros como equipo de rescate enfrentándose a un nido de guerrilleros en una secuencia plagada de explosiones y disparos en cantidad ingente. Pero ya antes de esa explosión de acción nuestros protagonistas efectuaban dos sorprendentes hallazgos, uno de los cuales muestra que su misión no es del todo clara, y el otro aún más perturbador, en la forma de unos soldados despellejados y mutilados a los que encuentran colgados de un árbol y que parecieron ser presas de un pánico inexplicable antes de morir. Lo anormal hace acto de presencia en la película ya en ese momento y alcanza su culminación inicial con los primeros planos de la visión infrarroja de la criatura y de su mano agarrando un escorpión muerto. Sabemos pues que es un ser humanoide, pero seguimos desconociendo sus motivos, lo que le impulsa a matar.
Cuando el alienígena comienza a dar cuenta de los componentes del grupo de rescate, cunde el miedo y el desconcierto en unos hombres que de repente se encuentran enfrentados a algo que les supera. Mencionar aquí el dialogo de los personajes de Poncho y Billy ("Eso es mentira, tu no tienes miedo a ningún hombre" "Ahí fuera hay algo que nos está esperando, y no es un hombre") o el relato de Ana, la protagonista femenina, sobre el Diablo Cazador de Hombres del cual hablaban las ancianas de su pueblo, un relato que indica al espectador que esa criatura u otras como él llevan mucho tiempo (¿décadas? ¿siglos?) viniendo 'de visita' y que eleva al cazador alienígena a la categoría de terror atávico, pues ya se ha ganado a pulso un hueco en el corpus de supersticiones y mitos de al menos una parte del mundo.
Finalmente todo acaba como ha de acabar, con el héroe cara a cara con el monstruo en un auténtico duelo en el que un primer momento el cazador se convierte en cazado gracias al uso de un montón de "trucos de boy-scout" que pillan por sorpresa a un ser que no tenía problema alguno en evitar la tecnología de minas y bengalas de aviso de la que habían hecho gala previamente Dutch y sus hombres pero que se ve sorprendido por una serie de trampas rudimentarias e improvisadas. Alguna que otra persona ha querido ver en esto una expresión de la idea de que el hombre en comunión con la naturaleza es superior al hombre en comunión con la tecnología. Por lo que a mi respecta, solo es una muestra de que para sobrevivir e improvisar lo que sea con los elementos del entorno que nos rodea no nos gana nadie como especie.
En resumen, una conseguida película de acción y suspense que desde luego se tiene ganado un puesto en el recuerdo de un buen número de aficionados y que nos regaló a una de las razas alienígenas más interesantes y curiosas del celuloide, o en palabras de Dutch... "toda una belleza" (claro que lo de "hijo de Satanás" también sería válido)
Y tambien nos ha brindado, estapelicula, digo, una delas mejores colecciones de artefactos dealta tecnologia alienigena. Personalmente, me quedo con el camuflaje de invisibilidad y el laser del hombro, con su famoso "punto rojo" triangular.
ResponderEliminarUn entretenimiento en toda regla.
ResponderEliminarQue peliculón, cuantas alegrías alienígenas en esas épocas...
ResponderEliminarNo como ahora...