lunes, febrero 28, 2005

Esos Hombrecitos Dorados (II)


Mejor Película del Año
:
Million Dollar Baby

Mejor película de lengua extranjera:
Mar adentro

Mejor película de animación:
Los Increíbles

Mejor dirección:
Clint Eastwood

Mejor interpretación por una actriz en un papel protagonista:
Hilary Swank

Mejor interpretación por un actor en un papel protagonista:
Jamie Foxx

Mejor interpretación por una actriz en un papel de reparto:
Cate Blanchett

Mejor interpretación por un actor en un papel de reparto:
Morgan Freeman

Mejor guión escrito directamente para la pantalla:
¡Olvidate de mi!

Mejor guión basado en material previamente producido o publicado:
Entre Copas

Mejor banda sonora:
Descubriendo Nunca Jamás

Mejor canción original:
Al otro lado del río” (de Jorge Drexler) - Diarios de Motocicleta

Mejor fotografía:
El Aviador

Mejor dirección artística:
El Aviador

Mejor diseño de vestuario:
El Aviador

Mejor maquillaje:
Una serie de Catastroficas desdichas de Lemony Snicket

Mejor montaje:
El Aviador

Mejor mezcla de sonido:
Ray

Mejores efectos visuales:
Spider-Man 2

Mejor montaje de sonido:
Los Increíbles

Mejor cortometraje de imagen real:
Wasp

Mejor cortometraje de animación:
Ryan

Mejor largometraje documental:
Born Into Brothels

Mejor cortometraje documental:
Migthy Times: The Children´s March


Y bueno, para comentarios varios ahí están los comments... :P

domingo, febrero 27, 2005

I Want You To Comment



Me uno a la propuesta iniciada por Jamfris en su blog. Y es que quizá no tenga la media de visitas mas gorda del mundo pero desde luego daría en proporción para un mayor número de comments en los post.

Asi que... ¡Comentad, comentad, que el mundo se acaba!

jueves, febrero 24, 2005

Dork Dungeons VI, the review

Bajo el curioso y metafísico título de ‘Si yo fuera Dios’ se nos presenta la última entrega de una saga digna de la retorcida mente de un ratón visitante en un fumadero de opio. Shimart, su autor, pretende desligarse del conformalismo, los excesos y chascarrillos varios que lastraban su trabajo en la anterior e irregular entrega de la saga, que solo en momentos muy puntuales se desligaba del comercialismo gratuito y del pseudoerotismo de pacotilla propio de una revista pajera. Consciente de todo esto, en el último Dork Dungeons que analizamos hoy se procede a la innovación… volviendo a los orígenes.

"[...] ya de entrada nos encontramos con una delirancia visual que en un primer momento nos retrotrae a la experimentación visual de la tercera entrega [...]"

Pero esto ha de matizarse, pues ya de entrada nos encontramos con una delirancia visual que en un primer momento nos retrotrae a la experimentación visual de la tercera entrega pero que bajo un análisis atento se revela como un producto freudiano de asimilación de la Escuela del Minimalismo Artístico (también conocida como Escuela de la Ley del Mínimo Esfuerzo o Escuela de Los Que No Saben Dibujar y No Quieren Admitirlo) donde se inicia una narración cargada de absurdo grotesco y transexualidad que parte de una premisa que parece derivada de una paja mental de esas que todo el mundo tiene de cuando en cuando (auque en número proporcionalmente inferior a las pajas habituales, y no, no hablo de las de los refrescos).

"[...]consigue frenar ese efecto de deja vu brutal con la inclusión de nuevos personajes [...], como Honorato 'el Tuerto' "

Tal desarrollo en la trama queda rápidamente cortado, frenado si lo prefieren, por la irrupción de viejos conocidos. Shimart lleva a cabo así una labor casi arqueológica recuperando escenas de archivo de los Dork Dungeons precedentes pero remontándolas y cambiando diálogos en un ejercicio de autocanibalismo y fagocitación personal marcado por el uso de lo digital como fin último y no como herramienta de un forma harto similar a la de cierto fulano apellidado Lucas. Shimart por suerte no deja arrastrarse de tal forma y consigue frenar ese efecto de deja vu brutal con la inclusión de nuevos personajes fascinantes en su esencia, como Honorato “el Tuerto”, nuevo villano de la saga al que acompaña un debutante George W. Bush junto con personajes entrañables como Paco Jones (¡que bien se conserva este hombre!) y por encima de todo… el gran Bububup (lo cual nos lleva a reflexionar que el autor sigue empecinado con su temor a los monstruos deformes de color púrpura)

"[...]cameos/apariciones más o menos relevantes de Dios (el de verdad) y DIOS (o sea, Alan Moore, el de VERDAD)"

A esta altura la narración degenera momentáneamente en poco menos que una melee entre villanos, villanas y gente de mal vivir propia de un kaiju eiga de Jun Fukuda, haciéndonos temer lo peor, pero la historia no tarda en recuperar el pulso gracias a los cameos/apariciones más o menos relevantes de Dios (el de verdad) y DIOS (o sea, Alan Moore, el de VERDAD), hecho del cual el autor se permite incluir el único elemento comercial de este Dork Dungeons que casualmente no chirría con el conjunto de la obra (aquello de Hyde dando por el culo debe tener abundantes segundas lecturas) para luego introducir una serie de momentos ya cercanos al clímax cargados de sentimiento nietzschiano (“¡Me cago en Dios, qué susto me has dado, Dios!”), todo ello envuelto en una vorágine destructiva en la que, entre otras cosas, asistimos a la destrucción de Chick Publications (¿lectura metalingüística del autor?) y que culmina en una petada que bien podría haber salido de la cabeza de Katsuhiro Otomo como mínimo.
"[...] culmina en una petada que bien podría haber salido de la cabeza de Katsuhiro Otomo como mínimo."

Podemos decir pues que este Dork Dungeons VI es una obra notable que recupera en parte la poesía perdida de la saga y que se libra de muchos de los defectos de su inmediato precedente, recuperando ese sanísimo sentido del absurdo, pese a que en términos generales adolece de una falta de originalidad preocupante que nos lleva a pensar que el próximo paso a dar en la saga ha de ser una renovación total... o morir. ¿Y para cuando un Dork Dungeons con las pelotas indestructibles de Bush como protagonistas? Ya es hora de un spin-off a la saga.

miércoles, febrero 23, 2005

Dork Dungeons MATINEE

Dado el reciente estreno de la sexta entrega de Dork Dungeons en la web de Shimart, me dispongo a recuperar el artículo original dedicado a tan peculiar saga como aperitivo para lo que vencrá mañana bajo la forma del comentario de Dork Dungeons VI. Agárrense los cataplines.

Dork Dungeons, o "La Mazmorra del Capullo"

Broma sanguinaria para unos, basura para otros, causa de enfermedad mental para algunos y de derrames oculares para aquellos. Sea cual sea la opinión ostentada, hay obras que no dejan indiferente, obras que están más allá de una calificación definitiva. Obras como Dork Dungeons.

Nacidas como cruel sátira y parodia a costa de unos cómics originales dibujados con el animo de promover el fundamentalismo cristiano y condenar desde el rock’n’roll hasta los juegos de rol con unos razonamientos propios del onanismo mental más recalcitrante (visitar si se atreven para más información www.chick.com) , las historias de Dork Dungeons consiguen crear un universo propio, una suerte de poesía única y personal, que Shimart, su “autor”, imprime con referencias que, por su bien, rezo por que no sean autobiográficas porque entonces estamos apañados (bueno, estaría apañado él).

"[...] las historias de Dork Dungeons consiguen crear un universo propio, una suerte de poesía única y personal [...]"

Esta idiosincrasia autoral queda patente ya en la primera entrega de esta saga que dado su éxito (en parte fomentado por la idiotez mental de los responsables de las tiras originales, tanto o más enfermizas, como por los lectores sadomasoquistas que para nuestra desgracia incitamos a más y más) ha alcanzado recientemente la quinta parte. Aún así, podríase decir que “Dork Dungeons” es la más impersonal pero a un tiempo la más fresca y espontánea de todas estas historias. El rol como punto de partida, los personajes desgarrados (figurada y sexualmente), el suicidio que provoca la tragedia de una silla rota, o ese momento final en el que los juguetes de la fallecida son quemados por el hijo secreto e incestuoso de la protagonista porque “para algo soy el malo de la historia”.

"[...] la efusividad sexual y las orientaciones sexuales ambiguas encarnadas en la figura orejuda de Paco Jones"

Pese a su poca cohesión argumental, esta ópera prima ya sentaba las bases para lo que sería “Dork Dungeons II: Saliendo del Armario”, una historia profunda y sensible sobre la codicia en la que se nos revela el secreto del éxito y como hacer dinero: los gráficos molones. Shimart va un paso más allá en esta creación de su universo y penetra (sin dobles sentidos, por favor) aún más hondo en él cual Shyamalan, entrando ya de lleno en un tema tocado en la primera parte pero que en esta se desarrolla ya de forma completa: la efusividad sexual y las orientaciones sexuales ambiguas encarnadas en la figura orejuda de Paco Jones. Todo ello enmarcado en una historia tópica de amor, odio, corrupción y aterradora revelación final. Woah!

"Bububup y sus secuaces, clara representación de los miedos infantiles a los monstruos amorfos de color púrpura"

Llegamos de esta forma a la tercera y más incomprendida parte de la saga. “Dork Dungeons 3: Dr. Shim’s How the Mutant Stole Christmas” es ante todo un experimento de delirancia visual digno de un Kubrick o de un Lynch fumado hasta las cejas en el que la historia es lo que menos cuenta. Así, Shimart nos brinda un relato navideño de buenos contra malos, simple y predecible, incluida la gran intervención final del Hombre de los Calzoncillos Rojos. Pese a eso, no deja de lado su personal visión del mundo, y podemos encontrar toda clase de deliciosas segundas lecturas en la figura del villano Bububup y sus secuaces, clara representación de los miedos infantiles a los monstruos amorfos de color púrpura ¿Quién no ha tenido miedo de un monstruo amorfo de color púrpura? A su vez, el final de la historia remite al de “Casablanca”, si bien con connotaciones harto distintas y mucho más cercanas al espíritu de la obra que nos ocupa.

"Ni siquiera autores como Kurosawa han alcanzado tal grado de épica"

En “Dork Dungeons IV: Avada Kedavra, Gilipollas” volvemos a los orígenes en la que es hasta la fecha la entrega más desarrollada y en la que el estilo Shimartiano se presenta más depurado. Con un punto de partida claro homenaje a “El Exorcista” y “Harry Potter” y que irónicamente no acaba derivando en un producto de terror cercano al giallo italiano, como era de esperar. No, esta cuarta entrega nos cuenta una épica y hermosa historia de amor, odio y celos en la que se reafirman una vez más los puntos de vista del autor plenamente desarrollados en la segunda entrega. La épica se vuelve incontenible y grandiosa en una escena concreta que queda marcada a fuego en la retina del lector, en la que un desesperado Rey Trufus XXXIV se da cuenta de su perdida, resumida en una única y poética frase: “¡Ahí va, los Donuts!” Ni siquiera autores como Kurosawa han alcanzado tal grado de épica.

"[...]las referencias procreativo-sexuales dignas del fallecido Russ Meyer [...] eclipsan en ocasiones el sanísimo sentido del absurdo Pythoniano"

Y finalmente llegamos hasta la última e irregular entrega de la saga, “Dork Dungeons V: Ala Mierda”. En comparación con su inmediata predecesora, esta quinta entrega se revela como un producto menor y claramente descompensado. El autor no puede evitar caer en los excesos, y las referencias procreativo-sexuales dignas del fallecido Russ Meyer o de un desatado Almodóvar eclipsan en ocasiones el sanísimo sentido del absurdo Pythoniano de sus precedentes. Pese a eso nos encontramos con historias secundarias llenas de vida, desde la desgarradora historia de la nación Un Soplapollas Asnal hasta la épica narración de la vida y obra de Apapucio. Pero el principal defecto de “Dork Dungeons V” es el irremisible hecho de que el autor se ha vendido al comercialismo más descarado insertándose anuncios y referencias publicitarias en la saga.

Así nos deja a la espera de un futuro y más que posible “Dork Dungeons VI” en el que esperamos no se repitan los errores de esta última y descafeinada entrega y volvamos a alcanzar la cota de grandeza marcada por las entregas II e IV, a ser posible con la lírica visual que destilaba la entrega III pese a su vacuo contenido.

Y si a estas alturas no os habéis dado cuenta de que esto no es más que sano cachondeo revisad vuestro encefalograma. Y si alguien de Chick Publications lee esto y se siente ofendido... erm... ¡Cómete una magdalena, tío ridículo!

miércoles, febrero 16, 2005

Insertar título en este post

Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes...

¿Os haceis a la idea, no?

Exámenes. Exámenes. Exámenes. Exámenes...

miércoles, febrero 09, 2005

Quotidionia Delirante VII

Digamos que se llama Ricardito, tiene unos diez años y que vive en el edificio de enfrente.

Ayer, aproximadamente a las 23:00 –minuto arriba, minuto abajo- Ricardito hizo explotar no un petardo sino algo que debía ser todo un cohete de artificio en el hueco del garaje de mi edificio, provocando que la mitad de los residentes que dormían se despertasen y la otra mitad despierta se acojonase.

Inmediatamente se abren las ventanas y los vecinos comienzan a indagar que demonios ha pasado. Si Ricardito, como cualquier crío dado a las travesuras –o putadas al prójimo- con algo de sentido común, se hubiera escabullido riéndose entre dientes no pasaría nada, pero el muy bestiajo no hace otra cosa que plantarse en medio de la calle, reírse a carcajadas y jactarse del susto que ha provocado y del pequeño boquete creado justo delante de la ahora algo chamuscada puerta del garaje.

Son unos pocos los que bajan a la calle con intención de reprenderle y otros con intención de comprobar que daños han sido provocados. Ricardito sigue jactándose con una chulería y una mala leche más propias de esos neandertales quinceañeros con los que me tengo cruzado por la calle alguna noche. El chaval se siente invencible por haber conseguido perpetrar su hazaña. Es en ese momento cuando llega su madre.

A voces y gritos de “¡Te voy a dejar sin la pleistaxion! ¡No vas a volver a ver la tele en un mes!” la señora arrastra al crío hasta el portal de su vivienda. Ricardito se resiste y en un momento dado grita un sonoro “¡Joder, mamá, solo fue un petardito!” a lo que uno de los últimos vecinos en subir y al que no nombraré responde con un “¡Petardito tus cojones!” Seguro que de pequeño era como Ricardito y no lo recuerda.

Esta mañana he bajado a recoger el correo. Allí, en uno de los portales de enfrente se encontraba Ricardito y otros dos chavales, a los que sin duda ya había puesto al corriente de su particular gesta. Estaban reventando petardos.

martes, febrero 08, 2005

Ceeeereeebroooos viiiivooosss


Otro maratoncillo peliculero, más o menos, con los amigos. En un principio se suponía que tendría que haber tocado en esta ocasión una selección de filmes de temática vampírica pero por votación se decidió que las películas a ver tratarían sobre otro tipo de fiambres la mar de agradables y conocidos: Los zombies.

Yo Anduve con un Zombie: Obra de culto y clásico de la mano de Jacques Tourneur. En esta película nos encontramos con el zombie pre-Romero, el zombie que bebe directamente del vudú haitiano y la magia negra. Una historia en un principio simple -ojo, solo en un principio- con momentos que alternan lo aterrador y lo poético. A destacar la escena del ‘paseo’ de Betsy y la zombificada Jessica en la que ambas atraviesan los campos de la isla bajo la luna llena. No es algo muy conocido pero la película cuenta con un remake televisivo titulado Ritual, realizado si no me equivoco por los mismos responsables de la serie y películas de Tales from the Crypt.

La Noche de los Muertos Vivientes: Comienza la ingesta de entrañas. Esta película es uno de los mejores ejemplos junto con Posesión Infernal de que con una buena idea, cuatro duros, mucha imaginación, unos cuantos colaboradores y talento puede rodarse una obra maestra. Dura e impactante ya desde el inicio, rodada en un blanco y negro que le da un tono casi documental, con algunas escenas que son simplemente de órdago, como el gran festín de los zombies, la niña recién fallecida devorando a su padre o ese final brutal y desesperanzador del que mejor no digo nada. George Romero introduce con esta película al zombie cinematográfico tal y como lo conocemos hoy en día, con más o menos variaciones. Contó con un más que correcto remake en 1990 de mano del genio de los fx Tom Savini.

El Regreso de los Muertos Vivientes: Otra obra de culto y una de las mejores producciones del género es esta primera parte de una saga que supone una suerte de ‘continuación apócrifa’ de la de Romero, ideada por Dan O'’ Bannon. A ratos parodia y comedia bien conjugadas con el horror y unos buenos fx gore, unos zombies repugnantes como ellos solos y bastante rapidillos -claro precedente de algo que podemos ver en las producciones más recientes-, además de ser más listos que el hambre, un hambre de cerebros vivos que han de devorar para calmar “el dolor de estar muertos”. Y el final es simplemente acojonante.

Amanecer de los Muertos: Remake de Zombi, de George Romero, secuela de La Noche de los Muertos Vivientes que aún tenemos pendiente de obtener en DVD. Amanecer de los Muertos se desmarca en bastantes aspectos de la original, disminuyendo la carga de crítica social y aumentando la acción incluso por encima de los momentos de horror -que los hay, y muy bien conseguidos- de parte de unos de los mejores zombies que jamás se han visto en pantalla -geniales maquillajes-,veloces y letales, y de un ritmo narrativo brutal ¡A los cuatro minutos de película ya está montado el festival señores! Eso es ir al grano, si señor. Añadidle un buen reparto con actores que cumplen sobradamente y algunas escenas y momentos para el recuerdo, como esa particular matanza de ‘parecidos razonables’ o uno de los momentos parturientos con más desasosiego de la historia del cine (con permiso de cierta película de Polanski, ya saben cual).

Como siempre se nos quedan fuera algunas que nos hubiera gustado ver y que no ha podido ser ya sea por falta de película o por falta de tiempo, como Zombi o El Día de los Muertos, de Romero, o un revisionado a Zombies Party, que hubiera sido de agradecer. También nos hubiera gustado ver alguna cosa de Fulci, como NY Bajo el Terror de los Zombies -caspa y cachondeo asegurado con lo del tiburón- o cambiar casi de registro y ver esa joyita tan olvidada que es Muertos y Enterrados (¡a reivindicar ya!). Y también algún entretenimiento ligero y efectista como la simpática primera entrega de Resident Evil o curiosidades como La Noche del Cometa.

martes, febrero 01, 2005

Blue Moon, you saw me standing alone...



Este día de hoy, aprovechando ya que no hay horas lectivas propiamente dichas durante todo Febrero, me monté en mi casa un pequeño maratón cinematográfico de temática licantrópica, en compañía de unos cuantos amigos de aficciones afines. Nos vimos solo cuatro películas, aquí os dejo la lista del “menú” por orden de visionado:

Aullidos: Comenzamos con una cult movie, considerada una de las mejores películas sobre el tema, con una historia correcta dirigida con brío y energía por un Joe Dante en estado de gracia, cargada de momentos realmente aterradores y con unos geniales FX de maquillaje de Rob Bottin. Celebre por la escena de transformación que dura entre cuatro y cinco minutos... durante los cuales el personaje de Dee Wallace se queda mirando sin hacer nada.

El Hombre Lobo: ¡Clásico, clásico, clásico! Si bien esta película podría ser considerada como la más ‘floja’ de la etapa dorada del terror de la Universal tampoco podemos negarle sus logros. No es la primera película sobre el tema pero está casi considerada como La Madre Que Parió A Todas Las Demás. Y es que Larry Talbot es Larry Talbot. Y a ratos es poética, todo hay que decirlo.

Dog Soldiers: Reciente y simpática producción de serie B. Se nota la falta de presupuesto aunque eso nos permite disfrutar con unos FX artesanales la mar de correctos (aunque mejorables en algún que otro aspecto). El film a ratos recuerda al Raimi primigenio y al cine de Carpenter, con ese grupo de soldados testosterónicos asediados por una manada de bestias. Un buen divertimento.

Un Hombre Lobo Americano en Londres: Y rematamos con la que para la mayoría de los presentes es la máxima representante a día de hoy del género, con una transformación de hombre a bestia carnal y dolorosa con unos sublimes FX de Rick Baker y que aún está pendiente de ser superada... lo cual no deja de resultar un logro mayúsculo por que la peliculita ya tiene 24 años. A eso añadámosle una BSO genial con tres versiones de Blue Moon y el Bad Moon Rising, una acertada mezcla entre terror y comedia, una subtrama sobre Almas en Pena Errantes y sobre todo un licántropo que realmente transmite un aire de bestia mítica... Y recordad, cuidado con la luna.

Quizá se echan a faltar producciones interesantes como Ginger Snaps y secuelas (con las cuales espero poder hacerme un día de estos), divertimentos de baja estofa pero la mar de entretenidos y que no hace daño visionar de cuando en cuando como Underworld (que si, que es más de vampiros, pero los protagonistas trágicos de la historia son los licántropos ¿o no?) o la secuela del filme de Landis, Un Hombre Lobo Americano en Paris, que no le llega a la suela de los zapatos a la original pero que permite pasar un buen rato por lo menos. Lo único que nos ha dejado un saborcillo amargo ha sido no poder ver ninguna del gran Paul Naschy. No se puede tener todo, me temo.