sábado, febrero 09, 2008

Dios tendría piedad, ÉL no.


La verdad, no sé por donde empezar, pues es la primera vez que creo que los críticos que descalifican una película y el público que la disfruta tienen razón al mismo tiempo. John Rambo (Rambo a secas en los USA) es, como película, muy fallida, pero como entretenimiento funciona perfectamente, aunque sea apelando a nuestros instintos más bajos y descerebrados. Le critican su carencia argumental, que es cierta pues la trama es poco menos que inexistente, y el exceso de violencia, que lo tiene. Y es que en lo referente a la violencia la película es una burrada de proporciones épico-dantescas (se come con patatas el estilismo violento de Tarantino), tan salidas de madre que en ocasiones uno tiene que reírse por pura incredulidad y sano (o insano, según se mire) disfrute de cine de acción de serie B como el de antes, ese que no tenía pudor en reventar cabezas sin dejar de notarse que el fiambre es un cacho de plástico, o en convertir al héroe protagonista en una fuerza de la naturaleza, una máquina de matar casi invulnerable haciendo frente a unos malos muy malos. Tan malos son los miembros del ejercito birmano en esta película que ciertamente, el que Rambo los convierta en pinchos morunos con su arco y carne para hamburguesas acaba resultando hasta catárquico. Si uno intenta analizar la película ideológicamente podría decir sin reparos que es toda una apología de la violencia como vía para solucionar las cosas (¡si hasta uno de los pacíficos misioneros que Rambo debe rescatar acaba abriéndole la cabeza a pedradas a un soldado birmano en la escaramuza final!)… pero claro, es una película de Rambo ¿qué otra cosa podría esperarse, sinceramente? Ya saben… Dios tiene piedad, pero…

Interpretativamente hablando… bueno... diría que los actores cumplen y punto, los limitados personajes que tienen no dan para mucho más, y que
Rambo sea tan callado y lacónico hasta se agradece, Sly se limita a aportar presencia, soltar un par de frases que van de lo lapidario hasta lo filosófico de baratillo, y pista. Técnicamente se agradece también que Stallone dirigiendo tire a lo clásico, sin movimientos de cámara nerviosos, siendo solo la carnicería final el único momento que puede resultar confuso para algunos espectadores, perdidos entre el intercambio de balas, machetazos, destripamientos y maniquís con cabezas reventadas. La banda sonora, de Brian Tyler, cumple y se agradece que en un par de momentos recupere el main theme original de Goldsmith, un detallito para nostálgicos de la saga –como esa escena final que recuerda de lejos a Acorralado-.

En resumen, si buscáis buen cine huid de
John Rambo como de la peste. Si buscáis simplemente una peli de acción de toque ochentero de las que ya no se hacen llena de violencia descerebrada con malos muy bestias y un bueno aún más mala bestia que ellos, lo pasareis como enanos. Así de sencillo.

1 comentario:

  1. Pues entonces seguro que me encanta. Si hayalgo que me molesta son esos cineastas que piensan que el cine debe ser vehiculo y tansmisor de ideas profundas y sesudas.

    y no seññores,que elcine nacio en una barraca d eferia como quien dice,y hay lugar para obras de todo tipoo.

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