miércoles, octubre 27, 2004

Cosas de la nostalgia...

"¡Es la hora de las tortas!"

Si Jamfris puede hacer post sobre Bravestarr ¿por qué no voy a ser yo menos y dedicar unas pocas líneas a una de esas series que siendo crío me mantenían pegado a la TV? Eran los comienzos de los 90 (si bien la serie es de 1987) , yo me encontraba en esa edad en la que los críos tienen cierta obsesión con ciertos reptiles extintos y faltaba menos de lo que se pensaba para el estreno de Parque Jurásico. Y fue en ese momento propicio cuando la televisión autonómica gallega inició la emisión de Dinosaucers (traducida aquí simple y llanamente como Dinosaurios, en todo un alarde de ingenio).

Repasando el esquema de la serie uno se da cuenta de las más que obvias similitudes con productos similares, como los Transformers: La historia comenzaba cuando un grupo de adolescentes trababa contacto con los Dinosaucers, nativos del Planeta Reptilon (que si mal no recuerdo era una especie de Contra-Tierra que compartía orbita con nuestro mundo, siempre manteniéndose al otro lado del sol) y que habían llegado a la Tierra buscando una solución para los problemas de su mundo. Y para jorobarles la fiesta también llegan a nuestra roca los Tyrannos, los malos malísimos de costumbre, dispuestos a jorobar, conquistar y derivados... La similitud es obvia: representantes de dos bandos alienígenas opuestos se vienen a nuestro mundo a batallar.

La serie contaba con una animación bastante buena para la época y unas tramas no excesivamente complicadas, aunque si divertidas e interesantes, si bien pocas veces rompían los esquemas de ‘buenos contra malos’ en sus diversas variantes (lo cual no era necesariamente malo siendo una serie orientada a un público que no pedía mucho más que eso). De cuando en cuando en algún que otro episodio también podíamos echar un vistazo al mundo natal de los personajes, enterándonos de detalles de su pasado, etc... Los personajes por su parte estaban bien construidos, en sus respectivos grupos cada uno tenía una personalidad y una función definida dentro del esquema argumental. Como suele ocurrir son los personajes humanos los más flojos y menos desarrollados. La serie duró lo suyo... una sola temporada, pero de nada menos que sesenta y cinco episodios.

De esta forma, en el bando de los Dinosaucers nos encontramos con: Allo (Allosaurio), el líder del equipo, justo y noble cual Optimus Prime, siempre pensando en buscar posibles soluciones que no impliquen necesariamente la violencia; Bonehead (Paquicefalosaurio), que venía a ser el fortachón con mente de niño, no tenía muchas luces el pobre; Bronto (Apatosaurio), que si mi memoria no me falla era uno de los técnicos del grupo; Dimetro (Dimetrodon), el intelectual del grupo (algo asi como el Donatello de cierto conocido cuarteto quelonio); Ichy (Ictiosaurio), que venía a ser el explorador acuático, capaz de comunicarse con cualquier ser de las profundidades; Stego (Stegosaurio), del que recuerdo que era uno de los ‘pilotos’ de la nave; Teryx (Arqueopteryx), el único miembro femenino del grupo y también el más sensato, una experta en la creación de nuevas tecnologías; Tricero (Triceratops), otro ‘técnico’ y también combatiente experto.

Junto a ellos nos encontramos a los cuatro chicos que llevan sobre sus hombros el principal protagonismo humano de la serie: David (el prototipo del chico listo e intrépido), Paul (el inteligente y sensato), Ryan (el graciosete) y Sara (la chica guapa y lista).

Y para rematar, los villanos, a los cuales pertenecía mi personaje favorito de la serie por alguna extraña razón: Gengis Rex (Tiranosaurio Rex), el lider, más malo que pegarle a una madre, y cabrón como el solo; Ankylo (Ankylosaurio), este era uno de los brutos del grupo, aunque no era un lumbrera precisamente; Braquio (Braquisaurio), por razones obvias este venía a ser el oponente más o menos permanente de Bronto a la hora de meter toñas; Plesio (Plesiosaurio), explorador acuático del grupo, y que odia sobremanera a Ichy; Quackpot (Hidrosaurio), sadiquillo y cabroncete, suele andar siempre cerca de Plesio; Styraco (Styracosaurio), el principal (¿único?) cerebro del grupo: Terribledáctilo (Pterodáctilo), explorador, espía y manitas arreglalotodo (y contrapunto cómico).

Para rematar os dejo con las urls de las dos únicas webs que he encontrado medianamente decentes sobre el tema y los personajes:

- http://www.jccomp.com/~stonegate/
- http://www.geocities.com/dinosaucerspage/

"Hasta más ver, gente"

sábado, octubre 23, 2004

¿Qué es y como lo mato?


Revisionado el DVD de Van Helsing.

En términos generales, Van Helsing ha sido una película vapuleada por la crítica y por cierto sector de los aficionados que salían de las salas musitando "¡Mola!" al tiempo que en cuanto podían se ponían a destripar los defectos de la película. Algunos llegaron a decir que se sentían indignados al ir engañados al cine para ver un film así, del cual esperaban mucho más.

Vamos a ver, yo si voy al cine al ver una película en la que me arrejuntan a los Tres Monstruos Clásicos, no voy esperando una obra maestra ni por asomo. El único 'engaño' de la película es el de estar vendida como si fuese la primera que lo hace, y no lo es pues hay unos cuantos precedentes (y mal que nos pese Buenas Noches, Señor Monstruo es uno de ellos).

Otros tantos acusan a Van Helsing de pasarse por el forro dos de las bases de los personajes: el Drácula de Bram Stoker, y el Frankenstein, o el Moderno Prometeo de Mary W. Shelley. ¿Pero de verdad creían que Stephen Sommers iba a beber de esas fuentes primordiales para mostrarnos a un Van Helsing que nada tiene que ver con el vampirólogo y doctor universitario de la novela de Stoker? El Gabriel Van Helsing de Sommers solo coincide en una cosa: el apellido. Por lo demás, el personaje es en si mismo una vaga referencia al arcángel Gabriel, al Lobezno de la Marvel (héroe duro amnésico, y para colmo lo interpreta Jackman), a Batman y James Bond (ese uso masivo de gadgets y aparatitos variados) y para rematar a Vampire Hunter D (ese look, esa forma de vestir... canta un huevo).

Y en cuanto a Drácula y compañía, está claro que Sommers se ha empapado del cine de terror de la Universal... pero no de las películas de la década de los 30 y comienzos de los 40, filmes con sus más y sus menos pero con ciertos tintes poéticos, fatalísticos y moralistas, que fijaron la esencia de los monstruos, sino más bien a los rodados en los 40 y comienzos de las 50: las interminables secuelas que sometían a los personajes al desgaste y casi a la parodia, llegando al extremo de producirse crossovers entre ellos (especialmente memorable en toda su cutrería el Frankenstein meets the WolfMan, de Roy William Nelly) o el surgimientos de premisas tan delirantes pero extrañamente atractivas como I Was a Teenage Frankenstein o I Was a Teenage Werewolf. Fue una época en las que los monstruos se veían hundidos en la rancia (y encantadora) serie B de la época y en la que ya no eran tomados muy en serio hasta que llegaron los chicos de la Hammer, claro que eso es otra historia. Stephen Sommers bebe de esa época, y no solo por la ambientación de la película o su visión de los seres monstruosos pese a estar tamizados por las modernas tecnologías: incluso el guión, propio de un film de aventuras, surge de esas fuentes. Y es que es imposible, y lo digo en serio, que haya TANTOS gambazos en un guión de un film de alto presupuesto que cuenta con tantos medios y con un buen número de revisiones (claro que a veces en ciertos casos las revisiones son las que provocan los gambazos, solo hay que ver Alien 3). Son tan cantosos que tras unos cuantos visionados uno llega a darse cuenta de que buena parte de ellos están ahí a propósito (como los diálogos tontos en interpretaciones ridículas en Arac Attack, otra película a reinvindicar), y es que estoy seguro de que Sommers tiene que saber que entre dos lunas llenas hay más tiempo que dos días, o que doce campanadas no duran casi diez minutos... Al margen se quedan detalles curiosos como el de las novias de Drácula saliendo a plena luz del día: puede partirse perfectamente de la premisa de que los vampiros pueden salir de día siempre que el sol no les alcance de forma directa o quizás también puedan salir pero con sus habilidades reducidas (idea que era expuesta en el Drácula, de Bram Stoker dirigido por Coppola)

Resumiendo, Van Helsing es una película que no engaña a nadie, que no debería indignar a nadie. No se define a si misma como una obra maestra, ni como una joya, ni siquiera se define a si misma como una buena película si comprobamos sus precedentes y su capacidad de absorber los tópicos como una esponja. Se define porque ofrece entretenimiento y lo da. Y a mi me basta con eso.

viernes, octubre 22, 2004

Carnaza de bajo presupuesto


¿Por qué me gusta el cine? ¿Por qué me gusta hablar del tema? Supongo que mi primo tenía razón al decir que soy un cinéfilo, algo de lo que yo no estaba muy seguro hasta que hace un tiempo (bastante tiempo) constaté que no es necesario ser un experto en la materia para apreciar el cine. O al menos no es necesario ser un experto en todos los aspectos y múltiples rostros del séptimo arte (y también "primer mercado", algo de lo que más de uno se olvida), podría decirse que hay toda clase de cinéfilos por ahí sueltos, de muy diversa índole y naturaleza. Yo soy de gustos eclécticos, nunca tuve muy claro donde encajaría una persona que lo mismo disfruta echándole un vistazo a Rashomon que partiéndose la caja con la comedia escatológica de turno. Pero hoy he visto la luz, a través de las palabras de un compañero de clase seguidor incansable de las producciones europeas y que desdeña el cine norteamericano posterior a 1990: "Eres carne de serie B"

Ahora sé que mis defensas de las virtudes de filmes como Underworld o Van Helsing (series B que parecen series A, algo que en realidad es aplicable a muchos de los blockbusters que nos inundan cada verano) no se deben a un complejo de preferencia por las causas perdidas.

Ahora sé porqué el género fantástico me absorbe más que cualquier otro, sé porqué películas como Hellboy me parecen pequeñas joyas mientras que posibles filmes consagrados se me antojan coñazos insufribles (ojo, no todos, que servidor ha disfrutado con un buen número de obras maestras, aunque Novecento nunca me la he podido tragar entera).

Ahora sé porqué siempre que entro en un videoclub me quedo mirando fascinado las carátulas de todas esas películas cutres rodadas con cuatro duros y actores que actúan con el culo preguntándome si en alguna de ellas podría encontrarse, sorpresa entre sorpresas, una obra digna de ser recordada en un futuro como en su día lo fueron Posesión Infernal y otras.

Me gustan muchos y muy diversos géneros, he visto toda clase de películas, he disfrutado con propuestas cinematográficas muy variadas. Pero soy carne de serie B. Yo ya no tengo cura, pero quizá vosotros podáis salvaros aún.
Es hora de revisionar Matinee.

miércoles, octubre 20, 2004

¿Sueño?

¿Sueño?


¿Donde demonios esta ese condenado de Sandman cuando se le necesita? Tendré que decirle cuatro palabritas a Neil Gaiman...

Si señores, aquí me tienen en plena madrugada trasnochando y desvelado cual criatura de la noche mientras oigo el ulular de las lechuzas (y no es coña, hay una arboleda justo al lado del edificio en la que debe haber unas cuantas) y espero a que me entre sueño de una ¿$%&@! vez. Una posibilidad sería echarle un vistazo a los programas de teletienda (algún día tengo que escribir sobre ellos) como me recomendó cierta persona en los comments de otro post hace un tiempo, pero no quiero arriesgarme a sufrir un derrame de cristalino.

También podría leer algo de Kafka. Al margen de sus logros como escritor, sus textos suelen dejarme como un ladrillo. No es nada personal, si hay alguien que sea especial defensor de Kafka le ruego que no me apedree.

Oh, y ahora llueve. Cojonudo. Mejor sentarse en la cama y adelantar en la lectura de El Quijote.

Va a ser una noche muy, muy larga.

martes, octubre 19, 2004

Lavando la cara

Sin que sirva de precedente, os presento el nuevo look de este blog.

Si no os gusta, se siente. Me apetecía un cambio de aires después de unos cuantos meses con los mismos trapos encima.

Enga, a rañala :P


lunes, octubre 18, 2004

Quotidionia Delirante IV

USC

"¡El Horror! ¡El Horror!"

Estamos en la tercera semana de clases, y la rutina por fin se ha impuesto del mismo modo que se impuso el pasado año: Los profesores se saltan más clases que los alumnos.

Y es que sino no se explica el hecho de que llevemos ya tres Lunes perdiendo Historia Medieval, o los Jueves encontrándonos con que la profesora de Mitología no aparece por ningún lado (algunos dicen haberla visto rondando por la cafetería, otros afirman que se equivocó de aula). De una forma u otra, nosotros perdemos un tiempo que podríamos haber aprovechado en un buen número de cosas, y la mayoría de los alumnos acaban con sus huesos en la cafetería, ingiriendo cantidades ingentes de café y Aquarius a partes iguales.

¿A que se deben esas ausencias? Algunas están justificadas debido al debacle de los horarios en Magisterio... muchos profesores de Humanidades tienen que acudir al rescate de los alumnos para rellenar huecos que otros no pueden, dejándonos a nosotros tirados en espera de recuperar clases en algún momento del curso. Otros simplemente desaparecen y punto. O están enfermos o aprovechan la ausencia de los demás para escaquearse del curro un par de días.

Y luego hablan mal de nosotros. Manda huevos.

martes, octubre 12, 2004

Buenos Presagios

"Las Buenas y Ajustadas Profecías de Agnes la Chalada"

El comentario sobre Hellboy fue tardío y a destiempo, y para no perder la tónica aquí llega también tardíamente mi opinión sobre una de mis últimas lecturas: Buenos Presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman.

El Fin del Mundo, el Fin de los Días, el Apocalipsis, el Armaggedon, etc... muchos nombres distintos para un mismo hecho: el advenimiento del Anti-Cristo y el inicio de la guerra celestial entre Cielo e Infierno, un Gran Plan que lleva gestándose desde el año 4004 a.C, en el que Dios creó el mundo tempranito por la mañana porque le gusta trabajar cuando hace fresco (los fósiles de dinosaurios y cosas por el estilo son un chiste que los paleontólogos no han pillado). Y ese momento se acerca, el Anti-Cristo está en la Tierra y falta poco para el comienzo del fin... o eso se supone. Porque tras una leve confusión en el momento de su nacimiento, el Hijo del Adversario no ha sido criado tal y como debería, escapando a las diversas influencias maléficas que deberían hacer de él un satánico redomado que odiase la humanidad. El resultado de esa falta de control ha sido que no tenemos ni al Bien encarnado, ni al Mal encarnado... sino a un humano encarnado. Y eso les complica mucho las cosas a Azirafel y Crowley, ángel y demonio respectivamente, que se ven metidos en el embrollo, junto con la pandilla de amiguitos del Anti-Cristo, un par de cazabrujas, la descendiente de una bruja que previó todos los hechos, y Los Cuatro Moteros del Apocalipsis. Ah, y un Perro.

Buenos Presagios es una parodia, pero al mismo tiempo, una novela tremendamente original. Tomando las premisas básicas de films como La Profecía, junto con elementos extraídos directamente de la mitología cristiana, Pratchett y Gaiman componen una historia humorística que muestra un Apocalipsis la mar de curioso. Entre las catástrofes que asolan la tierra nos encontramos: alienígenas predicando paz y amor, monjes budistas excavando y surgiendo en los jardines, pescado cayendo del cielo, y un reactor nuclear cuyo interior se convierte en un caramelo. El estilo de Pratchett lo inunda todo, y podría decirse que la obra es más de él que de Gaiman, ya que por lo visto este solo colaboró en algunos aspectos generales de la trama, la idea inicial y unas pocas referencias y chistes, dejando todo lo demás para Terry.

El humor se sucede página tras página, desde simples diálogos hasta gags realmente visuales, aunque en ocasiones basta con el simple hecho de poner a un personaje cualquiera en contraste con los extraños sucesos que tienen lugar. Por otra parte, los personajes están endiabladamente bien construidos, destacando el dúo protagonista que hace que a ratos la novela parezca toda una buddy movie. Claro que un ángel y un demonio de compañeros no pegan mucho, la verdad, pero entre Azirafel y Crowley podría decirse que hay cierta amistad. Tantos siglos viviendo entre los humanos hacen que uno se humanice, son cosas que pasan. También nos encontramos a Adán, el Adversario, Destructor de Reyes, Ángel del Pozo sin Fondo, Gran Bestia que... bueno, el Anticristo, un personaje que llega a caernos simpático ya que es presentado de tal forma que uno se da cuenta de que el pobre es 'inocente' respecto a su naturaleza, lo cual queda especialmente claro en el trepidante tramo final de la novela. Y es que al igual que en otras obras de Pratchett, todos los sucesos se disparan en un final acelerado donde confluyen todos los cabos sueltos de la trama con un ritmo realmente logrado, consiguiendo una sensación de "gran final" de lo más agradable.

Buenos Presagios, una comedia satánica (como diría Alex de la Iglesia) con la que se alterna la reflexión, la sonrisa y la carcajada. Forma parte del plan inefable, y si no pregúntenle a Azirafel.

lunes, octubre 11, 2004

Preparados Para Proteger


Un poco a destiempo y tardíamente me dispongo a dejar por escrito mis reflexiones respecto a Hellboy, la última película de Guillermo del Toro, que como toda persona de bien debería saber está basada en el cómic homónimo de ese monstruo de la imaginería visual que es Mignola (luego el como guionice es otra historia).

Lo primero que debo decir es que al personaje que nos ocupa lo conozco más por referencias, reviews, reportajes, etc... que por haber leído los cómics del mismo propiamente dicho. Por lo que he podido informarme nos encontramos ante una adaptación muy fiel, sobre todo en los aspectos visuales, con un ambiente gótico, oscuro y recargado, a ratos ominoso, y donde la luminosidad suele producirse cuando cierto personaje estalla en llamas. Llama la atención el como se ha plasmado el ambiente lovecraftiano del que hacían gala los cómics, desde ese inicio de la película con una cita del De Vermys Misteriis, hasta los diseños de las criaturas, como Sammael, llenos de tentáculos, aspecto gomoso, y sobre todo, con la pinta de ser seres muuuy antiguos. Nos encontramos ante una película entretenida y simpática, falta de pretensiones, y con un aire de "serie B que parece serie A" bastante conseguido, buen ritmo (salvo los últimos minutos, que se estira un poco la cosa), plagada de referencias, como esos nazis del principio metidos en rituales ocultistas (lo cual remite a la trilogía de Indiana Jones), hasta las autorreferencias que hace Guillermo del Toro a su propia filmografía: el aparatito de Cronos, que aparece fugazmente; la estación del metro y los subterraneos, idénticos a los de Mimic o Blade 2, etc...

En lo referente a personajes/actores, nos encontramos con un Ron Perlman soberbio que conserva todo su carisma bajo las capas de maquillaje aplicadas por Rick Baker y compañía, interpretando a un Hellboy chulesco y fanfarrón, pero que al mismo tiempo es más inseguro y vulnerable de lo que parece: un gigante rojo demoníaco de dos metros y aspecto temible, pero que tiene miedo de que su padre adoptivo le vea fumando y que adora a los gatitos. Junto a él se encuentra su compañero de equipo Abraham "Abe" Sapien, una suerte de hombre-pez azul inteligentísimo y con capacidades telepáticas y precognictivas interpretado por un Doug Jones al que en este caso si que no se le reconoce bajo su mascara pisciforme. De entre los personajes humanos destacan John Hurt interpretando al Dr. Trevor 'Broom' Bruttenholm, el descubridor y padre adoptivo del protagonista que con su presencia es capaz de eclipsar a todos los que le rodean interpretativamente hablando, y el personaje de Liz Sherman (Selma Blair), joven piroquinética y traumatizada cuya personalidad difiere (por lo que tengo entendido) considerablemente de la del cómic. Para rematar, el agente John Myers (Rupert Evans), personaje creado íntegramente para la película con la excusa de que los espectadores necesitaban a alguien con quien identificarse. Myers cae simpático, aunque no es ni de lejos un personaje tan importante como debería, salvo en el último tramo de la película. ¿Y los villanos? Aparte de la bestia Sammael podemos ver a un Grigori Rasputin (Karen Roden) que como ya han indicado otros antes que yo parece más un capo mafioso ruso que un oscuro y demoníaco ocultista. Junto a él la fría Ilsa (Bridget Hodson) y el enigmático e interesantísimo Karl Ruprect Kroenen (Ladislav Beran), cuyo mejor momento es al inicio del fin, con su uniforme nazi (pierde bastante con el look de ninja que luce después)

Para acabar el comentario hacer mención a la curiosa banda sonora compuesta por Marco Beltrami, que alterna temas muy de su estilo propio (geniales esos Main Titles, pese a su brevedad) con otros que son marcados homenajes al estilo del fallecido Jerry Goldsmith. En resumen: Hellboy, una película entretenida, sin pretensiones, con puntos interesantes, algún que otro defectillo y un aspecto visual impresionante. El cine de entretenimiento de calidad, como tiene que ser.

domingo, octubre 10, 2004

Tiempos de los signos... no, que no era así...

Últimamente han sido unos días de lo más movidos. Desde un sorprendentemente relajado inicio de curso en la facultad (algo de agradecer tras haber solventado la locura de la matriculación... el que inventó el sistema actual tiene un puesto asegurado en el Infierno de los Sádicos) hasta la fiesta que inunda nuestras calles y de la que ya hable en un post anterior.

Unos días muy movidos que me han dejado constancia de una serie de verdades universales: 1) Como ya queda confirmado, los estudiantes tenemos más volumen de fotocopias que de apuntes (si, incluso recién comenzado el curso); 2) Nos gastamos auténticas fortunas en libros (por fin cae El Quijote, a ver si lo remato de una vez); 3) Mi tesis de la imposibilidad de caminar por el centro estos días se confirma más que nunca; 4) Los mimos invaden las calles; 5) Como todos los años coincidiendo con las fiestas, llega el temporal, la lluvia...; 6) Y han descubierto una nueva especie de simio a medio camino entre el gorila y el chimpancé y que por lo visto es de lo más agresivo.

Lo de la agresividad parece haber sido confirmado por aldeanos y habitantes de la zona que afirman haber sido testigos de cómo los animales mataban a leones (algo realmente inusual en cualquier primate, salvo nosotros, que somos cafres por naturaleza). Esto último no tiene nada que ver con lo anterior, pero es una prueba bastante curiosa de que Michael Crichton no andaba tan desencaminado a la hora de escribir Congo. ¿Y qué será lo próximo?

De aquí a encontrar dinosaurios en Costa Rica falta poco.

viernes, octubre 01, 2004

Dork Dungeons, o "La Mazmorra del Capullo"

Broma sanguinaria para unos, basura para otros, causa de enfermedad mental para algunos y de derrames oculares para aquellos. Sea cual sea la opinión ostentada, hay obras que no dejan indiferente, obras que están más allá de una calificación definitiva. Obras como Dork Dungeons.

Nacidas como cruel sátira y parodia a costa de unos cómics originales dibujados con el animo de promover el fundamentalismo cristiano y condenar desde el rock’n’roll hasta los juegos de rol con unos razonamientos propios del onanismo mental más recalcitrante (visitar si se atreven para más información www.chick.com) , las historias de Dork Dungeons consiguen crear un universo propio, una suerte de poesía única y personal, que Shimart, su “autor”, imprime con referencias que, por su bien, rezo por que no sean autobiográficas porque entonces estamos apañados (bueno, estaría apañado él).

Dork Dungeons I

Esta idiosincrasia autoral queda patente ya en la primera entrega de esta saga que dado su éxito (en parte fomentado por la idiotez mental de los responsables de las tiras originales, tanto o más enfermizas, como por los lectores sadomasoquistas que para nuestra desgracia incitamos a más y más) ha alcanzado recientemente la quinta parte. Aún así, podríase decir que “Dork Dungeons” es la más impersonal pero a un tiempo la más fresca y espontánea de todas estas historias. El rol como punto de partida, los personajes desgarrados (figurada y sexualmente), el suicidio que provoca la tragedia de una silla rota, o ese momento final en el que los juguetes de la fallecida son quemados por el hijo secreto e incestuoso de la protagonista porque “para algo soy el malo de la historia”.

Dork Dungeons II

Pese a su poca cohesión argumental, esta ópera prima ya sentaba las bases para lo que sería “Dork Dungeons II: Saliendo del Armario”, una historia profunda y sensible sobre la codicia en la que se nos revela el secreto del éxito y como hacer dinero: los gráficos molones. Shimart va un paso más allá en esta creación de su universo y penetra (sin dobles sentidos, por favor) aún más hondo en él cual Shyamalan, entrando ya de lleno en un tema tocado en la primera parte pero que en esta se desarrolla ya de forma completa: la efusividad sexual y las orientaciones sexuales ambiguas encarnadas en la figura orejuda de Paco Jones. Todo ello enmarcado en una historia tópica de amor, odio, corrupción y aterradora revelación final. Woah!



Dork Dungeons III

Llegamos de esta forma a la tercera y más incomprendida parte de la saga. “Dork Dungeons 3: Dr. Shim’s How the Mutant Stole Christmas” es ante todo un experimento de delirancia visual digno de un Kubrick o de un Lynch fumado hasta las cejas en el que la historia es lo que menos cuenta. Así, Shimart nos brinda un relato navideño de buenos contra malos, simple y predecible, incluida la gran intervención final del Hombre de los Calzoncillos Rojos. Pese a eso, no deja de lado su personal visión del mundo, y podemos encontrar toda clase de deliciosas segundas lecturas en la figura del villano Bububup y sus secuaces, clara representación de los miedos infantiles a los monstruos amorfos de color púrpura ¿Quién no ha tenido miedo de un monstruo amorfo de color púrpura? A su vez, el final de la historia remite al de “Casablanca”, si bien con connotaciones harto distintas y mucho más cercanas al espíritu de la obra que nos ocupa.

Dork Dungeons IV

En “Dork Dungeons IV: Avada Kedavra, Gilipollas” volvemos a los orígenes en la que es hasta la fecha la entrega más desarrollada y en la que el estilo Shimartiano se presenta más depurado. Con un punto de partida claro homenaje a “El Exorcista” y “Harry Potter” y que irónicamente no acaba derivando en un producto de terror cercano al giallo italiano, como era de esperar. No, esta cuarta entrega nos cuenta una épica y hermosa historia de amor, odio y celos en la que se reafirman una vez más los puntos de vista del autor plenamente desarrollados en la segunda entrega. La épica se vuelve incontenible y grandiosa en una escena concreta que queda marcada a fuego en la retina del lector, en la que un desesperado Rey Trufus XXXIV se da cuenta de su perdida, resumida en una única y poética frase: “¡Ahí va, los Donuts!” Ni siquiera autores como Kurosawa han alcanzado tal grado de épica.

Dork Dungeons V

Y finalmente llegamos hasta la última e irregular entrega de la saga, “Dork Dungeons V: Ala Mierda”. En comparación con su inmediata predecesora, esta quinta entrega se revela como un producto menor y claramente descompensado. El autor no puede evitar caer en los excesos, y las referencias procreativo-sexuales dignas del fallecido Russ Meyer o de un desatado Almodóvar eclipsan en ocasiones el sanísimo sentido del absurdo Pythoniano de sus precedentes. Pese a eso nos encontramos con historias secundarias llenas de vida, desde la desgarradora historia de la nación Un Soplapollas Asnal hasta la épica narración de la vida y obra de Apapucio. Pero el principal defecto de “Dork Dungeons V” es el irremisible hecho de que el autor se ha vendido al comercialismo más descarado insertándose anuncios y referencias publicitarias en la saga.

Así nos deja a la espera de un futuro y más que posible “Dork Dungeons VI” en el que esperamos no se repitan los errores de esta última y descafeinada entrega y volvamos a alcanzar la cota de grandeza marcada por las entregas II e IV, a ser posible con la lírica visual que destilaba la entrega III pese a su vacuo contenido.

Y si a estas alturas no os habéis dado cuenta de que esto no es más que sano cachondeo revisad vuestro encefalograma. Y si alguien de Chick Publications lee esto y se siente ofendido... erm... ¡Cómete una magdalena, tío ridículo!


Días de Fiesta

Faltan aún unos cuantos días para que comience la celebración del San Froilán en Lugo, pero podría decirse que la fiesta ya ha comenzado.

Así como quien no quiere la cosa, cada año más temprano, como las Navidades.

Te mueves hasta el centro de la ciudad y te encuentras con los signos inevitables de la celebración que inunda la ciudad amurallada año tras año:

Las masas de gente nueva venida de fuera a pasar unos días a costa de sus parientes, inflarse de comida (sobre todo pulpo) y provocar auténticos embotellamientos peatonales en los días álgidos de la fiesta, que aún están por venir. Auténticas mareas de humanidad entre las que destacan los visitantes que te preguntan por calles que ni siquiera habías oído nombrar (y es que por muy nativo que seas de una ciudad... al Barrio de Putas o Barrio Chino nunca se le conoce por su nombre oficial. Es que nos preguntan cada cosa que...), los chiquillos que corretean de atracción en atracción coleccionando globitos de esos largos de colores. Especialmente hilarantes los que se regala en cierto “tren de la bruja”, de forma inequívocamente fálica y totalmente inviables por su grosor para hacer ‘figuritas’... me sorprende que la Asociación de Padres de turno no se haya dado cuenta de que sus hijos e hijas corretean por ahí con penes gigantes de colores.

Llegamos al centro de todo y nos encontramos con lo de todos los años: Puestos de algodón de azúcar en cantidades ingentes (¡Hay uno cada dos pasos, lo juro!), puestos de golosinas, almendras garrapiñadas, churros, puestos de venta de ropa, relojes, películas pirateadas, etc... alternando espacio con las atracciones orientadas a la chiquillería, como pueden ser los trenecitos, colchonetas, coches de choque de pequeño tamaño, etc... pasando en poco tiempo a la zona de tómbolas (¡Vuelven los perritos piloto!), juegos de suerte y similares... Desde el Bazooka, el Tiro al Blanco o las desesperantes y propensas a ser insultadas grúas recolecta-premios conocidas por su afición a funcionar mal, dejarte sin premio y quedarse con tu dinero.

Y finalmente, las atracciones “gordas”. Hay lo de siempre, el Saltamontes, la V, etc... nada del otro mundo, acompañadas como es costumbre por la “atracción estrella” de turno, que en esta ocasión efectúa su segunda visita a la ciudad (debieron desplumar a un buen número de incautos el pasado año).

Lo que si me ha llamado la atención es que vuelve a haber una casa del terror, por primera vez en unos cinco o seis años. Lo que da mal rollo es que es clavada (¿casualidad? ¿intencionalidad?) a la de “La Casa de los Horrores” de Tobe Hooper (¿o era Hopper?). Yuyu, señores, mucho yuyu.

Fijo que montamos quince veces en una noche, no tenemos remedio. Son días de fiesta.