Levantarse a las 8:30 de la mañana...
Caminar somnoliento y tambaleante cual zombie de Romero hacia el baño.
Ducha rapida.
Necesidades fisiológicas (si, los calamares también... er...).
Vestirse, aún somnoliento (ni ducha ni gaitas).
Revisar el equipo.
Bajar a la calle. Encontrarse con la Loba y el Otaku.
Bus, apretujados, axfisiante. El conductor debe ser un maniático de la velocidad, o eso o se cree que el bus reventará si va a menos de 30...
Frenazos bruscos. Hacemos equilibrismo.
Llegada a la Facultad.
Clase de Mitología, o como hacer de un tema interesante un coñazo insufrible por culpa de un profesor capaz de dormir a los insomnes.
Introducción a la Lingüística. Hoy ha tocado video sobre la comunicación de los animales.
Ya son las 14:00. Bajada a la cafetería para echar mano a las viandas.
Una hora y media de descanso tras la comida: charlas, discusiones, coñas y frikadas.
16:00. Vuelta a clase. Historia Medieval. Los germanos siguen dando guerra.
Por fin, salimos. Al bus de nuevo, como sardinas en su lata.
Y hogar dulce hogar.
Ea, mi día de hoy, que viene a ser más o menos una muestra de un día cualquiera (salvo los Jueves, que con sus ocho horas de clase son el Infierno en la Tierra).
PD: Siento el latinajo del título.
Qué es quotidionia?
ResponderEliminarReferente a 'cotidiano'. El título de esta serie de post en los que me dedicó a contar cosas de mi vida que no le interesan a nadie proviene de la serie concebida por Miguelanxo Prado para la revista El Jueves, y que no hace mucho fue republicada completa en un único tomo, si no me falla la memoria.
ResponderEliminarEs que me da que es QuotidiAnia, no QuotidiOnia.
ResponderEliminarLa de antes era yo tb
Angua
Lo de la 'O' en lugar de la 'A' se debe a que lo escribir mal en el primer post de este título y he decidido no cambiarlo.
ResponderEliminarNo se si es coherencia conmigo mismo, cabezonería o simple vagancia.
Un poco de todo quizás.