Hoy, y esperando que sirva de precedente, vamos a hablar de manga y anime, en concreto de una serie a la que me he enganchado hace unos meses (justito antes de navidades si no me falla la memoria) y que sigo religiosamente (y son pocos los mangas y animes que sigo de forma regular, para mi desgracia). Preparaos para entrar en un mundo entre la vida y la muerte, un mundo de shinigamis y hollows, grandes combates, emoción, alguna gotilla de terror, mucho cachondeo... ah, y también hay un peluche parlante y salidorro. Aquellos que conozcan la serie, por poco que hayan visto, ya sabrán que voy a hablar de Bleach.
Bleach fue creado por el mangaka Kubo Tite, un tipo que como muchos mangakas mantiene su vida en un secretismo considerable (aunque sin llegar al extremo de Shirow, que aun hoy no se sabe seguro si es hombre o mujer), siendo su verdadero nombre Kubo Noriaki y habiendo nacido un 26 de junio de 1977, y aparte de eso que como muchos mangakas jóvenes debe haber sido admirador de Akira Toriyama (tal cual el Kishimoto de Naruto, y es que el viejo Tori ha pegado duro en toda una generación). Bleach (que fue su segunda serie tras la fallida Zombie Powder) inició su andadura de forma semanal en la Weekly Shonen Jump, revista en la que en su día se publicó Dragon Ball y actualmente tienen su andadura series tan conocidas como One Piece, Naruto, Hunter X Hunter, etc... Finalmente el primer tomo de Bleach se publicaría el 5 de Enero de 2002 en Japón, cosechando un gran éxito en todos los idiomas a los que se ha traducido (a España aún tiene que llegarnos oficialmente, debemos el conocimiento de la serie a los fansubs) y sigue publicándose a fecha de hoy.
Bleach nos cuenta la historia de Ichigo Kurosaki (o Kurosaki Ichigo, si sois puristas en lo referente al orden de la nomenclatura oriental de primero el apellido y el nombre después), un chaval de 15 años del pueblo de Karakura que vive con su padre (que regenta la clínica del lugar) y sus dos hermanas pequeñas, cuya vida sería de lo más normal si no fuese por el detallito de que Ichigo ve fantasmas. Y no ‘en ocasiones’ como el crío de El Sexto Sentido, nooo... Ichigo los ve a todas horas, desde que se levanta hasta que se acuesta. Los ve por la calle, en el instituto, hasta en su casa... y si eso no fuese suficiente además puede tocarlos y hablar e interactuar con ellos. Vamos, que si se lo propusiera el chaval podría tener un amplio círculo de amistades post-morten. Pero como no hay nada que dure enternamente, la vida relativamente tranquila de Ichigo daría un vuelco cuando una noche entra por su ventana, como quien no quiere la cosa, una joven bajita con extraños ropajes negros y armada con una suerte de katana. Su nombre es Rukia y es una shinigami (Dios de la Muerte) que se encuentra en casa de Ichigo en busca de un ser conocido como hollow, una suerte de espíritus malignos que los shinigamis han de purificar. Las cosas se tuercen e Ichigo se verá obligado a salvar a su familia del hollow sirviéndose de los poderes que una malherida Rukia está dispuesta a cederle. La sorpresa de la shinigami es mayúscula: su intención era ceder parte de su poder al muchacho pero este lo toma todo. Eso y otros hechos (como su gran energía espiritual o el desmesurado tamaño de su zanpakutoh –destruyealmas, la espada que usa todo shinigami-) dejan sentado desde el comienzo que Ichigo no va a ser un shinigami sustituto del todo normal (como si ya lo fuera antes viendo fiambres revoloteando por ahí, pero claro, esto es un shonen... a la fuerza el prota no puede ser normal). Las bases están sentadas y los líos del joven Kurosaki no han hecho más que empezar.
¿Qué es lo que hace que Bleach enganche? Veamos, la serie no es una obra maestra, se sirve de los tópicos más tópicos como base (“protasuperfuerte – combates – mejoradehabilidades – máscombates – enemigospoderosos - aunmáscombates”), lo cual no deja de ser normal porque en ningún momento creo que Tite busque revolucionar la narrativa dentro del manga shonen... pero si algo me atrevo a decir es que gran parte de su frescura recae en los personajes. Ciertamente también parten en su mayoría de los prototipos habituales, pero tienen un ‘algo’ que los hace especiales. Comenzando por el propio Ichigo, que no es un santo y nos deja muy claro desde el principio que si va a ayudar a otras personas desconocidas con sus habilidades no es porque crea que es su obligación... es más, en principio no querría tener que hacerlo, pero como él mismo afirma no es la clase de tipo que se quedaría de brazos cruzados si ve a alguien con problemas. En otras palabras, el chaval tiene madera de héroe aunque no lo admitiría ni a pedradas. A eso añadidle un carácter rudo, impulsivo, tozudo como pocos, cabezota, etc... y una buena carga de autoculpabilidad por cierta desgracia del pasado que no viene a cuento mencionar aquí... miraos la serie.
Y luego está Rukia, que debe de ser de los mejores personajes femeninos jamás concebidos para este tipo de series. Lo que es Rukia ante todo es un contrapunto a Ichigo... o un complemento, porque no es algo muy claro. Si Ichigo es tozudo, Rukia es más tozuda. Si Ichigo es cabezota, Rukia es aún más cabezota... y si Ichigo tiene mal genio, lo de Rukia puede derivar fácilmente en agresión física hacia el objeto de su furia. A eso añadidle un contraste claro entre ese carácter más fuerte y severo con un lado ocasionalmente más dulce, unas gotas de amargura ocasional (derivadas de su pasado... aquí todo el mundo tiene traumas en su pasado) y un amor poco menos que patológico por los conejitos. Y sus dibujos, no olvidemos sus dibujos... son dignos de estudio sociológico, desde luego.
Luego nos encontramos con el resto de personajes destacables, como Ishida, último miembro de la raza de los Quincy (una raza de humanos cazadores de hollows), que odia a los shinigami, bla bla bla... en realidad lo qué es, es un experto en hacerse el interesante... y en costura, pero eso es otra historia. Inoue Orihime, la chica... Inoue es en muchos aspectos el prototipo clásico de fémina de carácter dulce que debe ser protegida que aparece en los shonen y que está coladita por el héroe... claro que pocos personajes tienen esa habilidad que tiene Orihime para irse por las ramas, despistarse o ocurrírsele las historias, sinsentidos o ensoñaciones mas surrealistas que pueda concebir mente humana (esa faceta de su carácter sería como una versión ligth de la Osaka de Azumanga Daioh, salvando mucho las distancias). Sado (o ‘Chad’, como lo llaman) es el tercero en discordia y el gran amigo de Ichigo... el prototipo de matón sin cerebro a primera vista, pero claro, las apariencias engañan mucho en este caso... Chad es en realidad un tipo listo, tranquilo, callado, de carácter muy calmado y que adora a los peluches y las cosas monas (¿?), y que solo pelea para defender a sus amigos, ni siquiera para defenderse a si mismo... El hecho de que sea medio mexicano también es un aspecto de interés que llama la atención (sobre todo porque en Bleach parecen abundar elementos verbales hispanos en la nomenclatura de muchas cosas referidas a los hollow, etc...). Ah, y luego está Kon, un alma modificada que... bueno, si me pongo a explicar ahora lo que es un alma modificada necesitaría un post aparte, solo deciros que se encuentra contenido dentro de un león de peluche, situación que en principio no le hace gracia hasta que su mente explora la posibilidad de poder ser achuchado por alguna chica... el tipo es un pervertido de alto rango de esos que no pueden faltar en estas series.
Obviamente no están todos los que son... la serie cuenta con un reparto multitudinario (podría pasarme horas hablando de gente tan interesante como Urahara o Yoruichi entre otros). A decir verdad el número de personajes ya era considerable pero se disparó sobremanera al iniciarse cierta saga que llevará a los protagonistas a la Sociedad de Almas (el hogar de los shinigami... el Más Allá, si quereis llamarlo así), cruzándose con un shinigami tras otro (y no cuento las causas y circunstancias de tal viaje... miraos el anime o leed el manga si aún no lo habéis hecho). Como curiosidad, mencionar que la llegada de tantos personajes nuevos casi de golpe parece haber tenido en la mayoría de los que seguimos la serie el efecto de que al no poder aprender todos los nombres a la primera (de alguno muy secundario no lo recuerdo ahora mismo, cachis), muchos acabaron con motes personalizados según el espectador/lector (Ikakku, uno de esos personajes, para mi siempre será ‘El Calvo’, mal que le pese)
Y luego está Rukia, que debe de ser de los mejores personajes femeninos jamás concebidos para este tipo de series. Lo que es Rukia ante todo es un contrapunto a Ichigo... o un complemento, porque no es algo muy claro. Si Ichigo es tozudo, Rukia es más tozuda. Si Ichigo es cabezota, Rukia es aún más cabezota... y si Ichigo tiene mal genio, lo de Rukia puede derivar fácilmente en agresión física hacia el objeto de su furia. A eso añadidle un contraste claro entre ese carácter más fuerte y severo con un lado ocasionalmente más dulce, unas gotas de amargura ocasional (derivadas de su pasado... aquí todo el mundo tiene traumas en su pasado) y un amor poco menos que patológico por los conejitos. Y sus dibujos, no olvidemos sus dibujos... son dignos de estudio sociológico, desde luego.
Se te ha olvidado mencionar a Rangiku-sama, pulpo, el pesonaje feenino mas sexy jamas creado para el manga!
ResponderEliminarUsagi
Realmente es un anime de los buenos, como dices tiene un "algo" que engancha. Eso si, la saga que va despues de la sociedad de almas (en el anime) es bastante mala, acabo de empezarla y por lo que me contaron no es gran cosa. Nunca olvidare las peleas entre Rukia e Ichigo por culpa de los dibujos xDD, o los derrapes mentales de Orihime. Tiene bastantes detalles muy buenos xD
ResponderEliminarA mi también me ha enganchado por completo, y soy capaz de verme hasta 5 seguidos. Son capaces de tenerte con la máxima tensión y etonces recurren a la risa! Sin lugar a dudas un anime diferente:)
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