domingo, junio 20, 2010

More than meets the Eye II: Generation 2 (1993-1996), Beast Wars (1996), Beast Machines (1999-2000) y Robots in Disguise (2000)


NOTA: Siento la tardanza, y es que llevamos meses de retraso para este segundo post, intentaré mantener mejor ritmo para los que quedan. Ah, finalmente la Trilogía Unicron tendrá su artículo propio.

De encarnación en encarnación, nunca hemos pasado un año sin Transformers bajo una forma u otra, y es que terminada la andadura de la Generation 1 tanto en juguetes, cartoon, o cómic, Hasbro no tardaría en relanzar la franquicia con la Generation 2 en 1993.

Una nueva línea juguetera para sustituir a la ya retirada, con básicamente las mismas figuras de la serie original sometidas a un recoloreado y con nuevos accesorios, aunque no tardarían en incluirse figuras totalmente nuevas, destacando las de Cyberjets, aviones de combate realistas con complejas transformaciones (una suerte de precedente de las figuras de alto detalle para coleccionistas adultos). La nueva hornada de juguetes llegó a EE.UU. y Europa prácticamente de forma simultanea, aunque en Japón se retrasaría hasta 1995. Desgraciadamente este nuevo relanzamiento no acabó de cuajar del todo y las ventas no fueron todo lo bien que Hasbro hubiese querido. La mayoría del fandom culpa de este fracaso a las recoloraciones, aunque las razones reales parecen ser que simplemente había una auténtica saturación, habiendo menos compradores jóvenes (para los niños de comienzos de los 90 había cosas más interesantes que robots transformables) y no aún los suficientes compradores coleccionistas adultos surgidos de la generación original de fans de los 80.

Tampoco ayudó que el nuevo cartoon Transformers Generation 2 fuese básicamente el cartoon original pero con CGI remozado y un nuevo opening. Se las apañó para durar solo dos temporadas en las que se recuperaron la mayoría de episodios de la serie original, dejando fuera a otros sin motivo aparente (realmente no parecía haber ningún criterio concreto para elegir unos episodios sobre otros). Dada la época de emisión de la serie el fandom como tal aún no se había conformado del todo y resulta difícil determinar sus reacciones ante el cartoon… de todas formas la opinión general suele ser que el cartoon de Generation 2 simplemente no tuvo mucho impacto, y seguramente muchos lo vieron como una simple reemisión de la serie original.

Optimus Prime, cosplayeando a Cable.

Un poco más trabajado fue el relanzamiento en cómic. Hasbro y Marvel seguían con su contrato, y un cómic de la Generation 2 fue lanzado siguiendo la continuidad de la serie de cómic original, siendo una secuela directa. La nueva serie sería introducida por Marvel con el regreso de los personajes en un crossover con GI.Joe, buscando llamar la atención de los lectores ante el relanzamiento comenzándolo todo con el regreso de Megatron a la Tierra y el reinicio del conflicto. Se añadiría también una tercera facción además de los tradicionales Autobots y Decepticons: una raza separada de Transformers descendientes de los Decepticons que se definen así mismos como Cybertronians, con su imperio maligno de turno y todo en las fronteras de la galaxia. Autobots y Decepticons tendrían que aliarse ante este nuevo enemigo y su particular arma, el Enjambre (una suerte de masa de nanomaquinaria sin mente que devora toda forma de vida mecánica a su paso). El comic duró únicamente 12 números, con ventas consideradas malas para los 90 (aunque hubiesen sido buenas cifras en el mercado actual), y precisamente la década se dejó notar en el estilo narrativo: trama grim & gritty (o al menos que intenta serlo), violencia gratuita, armas enormes, muertes a mansalva, etc.

Al igual que en Generation 1 habría también una línea de comic distinta para Reino Unido, pero el colapso de Marvel UK propiciaría el paso de los derechos a la editorial Fleetway. La nueva serie duró solo 5 números y su trama arranca con el reinicio del conflicto entre Autobots y Decepticons… en Londres. De todas formas, elementos ya existentes en la serie USA como los nuevos Cybertronians no tardarían en ser incluidos como principal oponente de la nueva etapa. El cierre de la colección después de tan breve recorrido se debió, como en el caso de Marvel, a las bajas ventas.

El inicio de los 90 no fue, como se puede ver, la mejor época de Transformers.

Fotogénicos, lo que se dice fotogénicos...

Las cosas remontarían el vuelo en 1996, aunque no sin cierta polémica. En Hasbro se decidió que si querían mantener a los Transformers en el candelero era la hora de llevar a cabo una reinvención masiva, un “cambiar las cosas para que todo siga igual”. Así nació Beast Wars. De robots transformables en vehículos o en criaturas mecánicas pasamos a robots con la capacidad de camuflarse como seres animales de aspecto orgánico Por si eso no fuese poco, Hasbro hizo lo impensable para el fandom: no más Autobots, no más Decepticons. Era la hora de los Maximals y los Predacons.

Exacto, cambiaron a dos facciones de robots camuflados en guerra por otras dos facciones de robots camuflados en guerra. Sacrilegio.

El fandom de la época… no se lo terminó de tomar bien en principio. Los fans de Transformers siempre han sido de lo más vocales, y cuando el fandom terminó de germinar en los 90 ya entrando en la era Internet, la cosa fue a más. Tras el anuncio de la nueva línea juguetera Beast Wars y su correspondiente cartoon proliferaron en la red los gritos de “Ruined Forever!” (lo cual terminaría siendo un running gag para el fandom con los años) y el ya mítico “Trukk not munky!” (porque Optimus Prime tenía que ser un camión para el fandom, un gorila era impensable). De todas formas Hasbro no se amilanó, siguió adelante, y los Transformers entraron en la sub- continuidad que se conoce como Beast Era (lo de sub-continuidad viene a cuento de ser básicamente una secuela cronológica de la Generation 1). Junto con la nueva línea juguetera de rigor (new toys!) sería lanzada la nueva serie animada, una de las pioneras en animación por ordenador televisiva junto con ReBoot (siendo ambas obra de Mainframe Entertainment). Fue dicha serie la que terminó ganándose al fandom veterano y aumentando las legiones de nuevos seguidores gracias a un alto valor de producción, guiones cuidados y bien escritos y un reparto de personajes carismáticos que han terminado ganándose con honor su puesto entre los grandes personajes de la franquicia. (Optimus Primal, Dinobot, Rattrap, Blackarachnia, etc.). En un principio la serie dio la impresión de tratarse de un universo alternativo, pero con el avance de los episodios comenzarían a aparecer menciones a Unicron y Primus, la confirmación de los Autobots y Decepticons como antepasados de los Maximals y Predacons, etc. Además de descubrirse que gracias al cliché del salto temporal accidental, ambos bandos protagonistas se encontraban en una Tierra prehistórica. También fue esta serie la que introdujo el concepto de la spark o chispa vital: los Transformers eran ahora seres con alma. Tres temporadas de 1996 a 1999 con un total de 52 episodios y el hacerse con un Emmy avalan su éxito. En Japón se dividiría en dos temporadas de 26 episodios: Beast Wars y Beast Wars Metals, además de añadirse entre la emisión de ambas un spin-off anime de producción propia titulado Beast Wars II de tono más humorístico y orientado a una audiencia más joven. En 1999, finalizada Beast Wars, otro nuevo anime sería lanzado exclusivamente en Japón bajo el titulo de Beast Wars Neo que contaría con su propia línea de juguetes.

Beast Wars Neo, donde el malo maloso es una enorme cabeza que flota.

La Beast Era continuaría con el estreno de otra nueva línea de juguetes y serie animada (una vez más exclusivamente en CGI) titulada Beast Machines, secuela directa de Beast Wars. Partiendo del regreso de los Maximals a Cybertron, la serie nos muestra como estos encuentran su mundo abandonando, siendo los únicos habitantes que quedan los Vehicons, drones sin mente al servicio de Megatron. Infectados por un virus que los matará en pocas horas, los Maximals serán salvados gracias a la intervención de Oracle, una misteriosa supercomputadora que convierte a los Transformers en seres tecnorgánicos: una fusión equilibrada de maquina y ser orgánico. Beast Machines causó aún más controversia entre el fandom que el anuncio inicial de Beast Wars, siendo considerada una serie que intentó abarcar más de lo que debía y a la que se achacó un buen número de cambios inexplicables en la caracterización de varios personajes. (normalmente a peor) De todas formas la serie cuenta con sus puntos fuertes: de toda la franquicia es quizá la que cuenta con mayor nivel de segundas lecturas y un tono más serio y oscuro sin caer en la ridiculez de la dark age de los 90. Beast Machines es también el cierre de la Beast Era y, por extensión, de la cronología de la Generation 1 a la que consigue dar un final más bien digno. Dos temporadas de 13 episodios cada una, para una serie cuya recepción fue más bien tibia.

Y Cheetor tenía manchas purpura.

Como mención final a la Beast Era, indicar también la salida de dos videojuegos de Beast Wars para Playstation y Nintendo 64 y una serie de manga como complemento para la segunda temporada japonesa. Pese al final de esta etapa, personajes de la misma reaparecerían en futuros cameos en diversos comics o incluso en las nuevas series (el más reciente, un cameo en Transformers Animated).

La fría y variable recepción de Beast Machines por parte del fandom propiciaría que Hasbro se echase atrás a la hora de lanzar una nueva línea juguetera para esta etapa pasando en centrarse en traer a EE.UU. uno de los spin-off de anime de Transformers. Así, la serie japonesa Car Robots llegaría bajo el título Transformers: Robots in Disguise (2000). Esta nueva etapa presenta a nuevas versiones de personajes propios de la Generation 1 y de la Beast Era involucrados en una nueva historia con referencias de continuidad tan vagas que resulta un quebradero de cabeza saber donde situarla respecto a las otras continuidades (a eso añadir la distinción entre la Generation 1 de Hasbro y la original de Takara y el dolor de cabeza para poner todo en su sitio y no liarse con los nombres pasa a ser épico). Robots in Disguise fue concebido por Hasbro como una franchise filler, es decir, una etapa intermedia y de bajo coste para ganar tiempo y preparar un futuro relanzamiento más elaborado (lo que sería Transformers Armada). Pese a todo, la nueva línea juguetera y el anime (emitido en Fox Kids, con producción de la versión USA y su doblaje por parte de Saban Entertainment) pasarían a ser todo un éxito sorpresa entre el fandom estadounidense, emitiéndose entre septiembre de 2001 y marzo de 2002.

Y hay criajos protagonistas, malo.

Robots in Disguise supone un regreso a las raíces, con robots transformándose en vehículos y recuperado a los Autobots como héroes… pese al curioso caso de mantener a los Predacons como villanos (¿?), aunque los Decepticons de toda la vida no tardarían en hacer acto de presencia. En su tono narrativo, el nuevo anime también supuso un cambio sustancial respecto a Beast Machines, optando por tramas más ligeras y aumentando el tono humorístico en los episodios. Una temporada de 39 episodios conforman dicha etapa, con una breve continuación en un comic-book one-shot publicado por Dreamwave situado en la misma continuidad del anime.

El éxito de Robots in Disguise había vuelto a dejar a los Transformers en una posición de buena salud al inicio de la primera década del siglo XXI: buenas ventas de las líneas jugueteras, un anime de éxito que vería posteriores ediciones en DVD, nuevos comics de la editorial Dreamwave que recuperaran la continuidad de la Generation 1, etc… El camino estaba allanado para un nuevo gran relanzamiento, esta vez concebido mano a mano entre Hasbro y Takara colaborando por primera vez de forma directa: Era la hora de Transformers Armada, primera entrega de la Trilogía Unicron.

Estiramientos mañaneros.

Próximo Post: La Trilogía Unicron. Ahora si que si, oigan.

lunes, marzo 08, 2010

More than meets the Eye I: Generation 1 (1984-1993)

Todo comenzó con Diaclone, Micro Change/Microman y Mecha. Líneas de juguetes robot de la compañía japonesa Takara que en la Tokyo Toy Show de 1983 llamaron la atención de unos ejecutivos de Hasbro.

Takara ya había exportado a occidente su línea Diaclone (bajo el nombre Diakron), pero el acuerdo al que la empresa nipona llegaría con Hasbro estaba a otra escala totalmente distinta. Hasbro no pretendía crear únicamente una nueva línea juguetera sino reforzar su asociación con Marvel Comics, los cuales también buscaban repetir el éxito de su colaboración previa con Hasbro al elaborar la serie de comic-book basada en la línea de figuras de acción G.I.Joe. Básicamente, Hasbro buscaba nuevo material que encontró en las licencias de Takara, y Marvel buscaba construir una historia con ese material como base. Así, Jim Shooter y Dennis O’Neil crearían la sinopsis base que todos conocemos mientras Bob Budiansky se encargaría de perfilar a los personajes y rebautizarlos: Battle Convoy de la serie Diaclone pasa a ser conocido como Optimus Prime, Cassetteman (¿!) de la serie Microman pasa a ser Soundwave, etc. Mención especial para el personaje Jetfire, que tiene su origen en el VF-1S Super Valkyrie de Super Dimension Fortress Macross.

La nueva línea de juguetes se llamaría Transformers.


Y serían legendarios por costar un ojo de la cara.

La premisa argumental era el conflicto entre dos bandos, Autobots (los héroes), liderados por Optimus Prime, y Decepticons (los villanos), liderados por Megatron, pertenecientes a una raza de máquinas alienígenas del planeta Cybertron con capacidades de camuflaje que les permitían hacerse pasar por vehículos, cosa la mar de útil cuando su conflicto los lleva a nuestro mundo. Es digno de mencionar lo curiosamente revolucionario de este concepto: la mayoría de series centradas en mechas o robots gigantes presentaba a estos como vehículos de guerra o en unos pocos (poquísimos) como seres mecánicos inteligentes pero que eran básicamente una creación humana. Transformers presenta a los robots como seres inteligentes con capacidad emocional y que son, en definitiva, una raza de seres vivos que nacen, viven y mueren (con el tiempo hasta tendrían alma/energía espiritual: la chispa vital), aunque su esperanza de vida bordee los millones de años de edad.

El lanzamiento de los nuevos juguetes vendría acompañado de una serie de animación (que sería lo que realmente catapultó a los personajes a la fama) y de la serie de cómic elaborada por Marvel. La continuidad conjunta de esta etapa de la franquicia en juguetes, animación y comic-book y sus versiones de los personajes es lo que se ha dado en llamar Generation 1, la cual sigue siendo para muchos la etapa quintaesencial de Transformers.

El Cartoon.

Algún horrible doble sentido puede salir de aquí pero no pienso airearlo.

La serie animada, The Transformers gozaría de cuatro temporadas más una película. Se tomo de base toda la reinvención argumental del equipo de Marvel y los nombres y perfiles de personaje elaborados por Budiansky al tiempo que los personajes recibirían ciertos rediseños por parte del diseñador japonés Shôhei Kohara, responsable de crear los modelos de personaje tempranos y que para la serie humanizaría el aspecto de los juguetes para reforzarlos como personajes para animación. La producción y distribución de la serie sería una labor conjunta entre Marvel Productions y Sunbow Productions y desde el principio tendría que afrontar unos plazos de producción excesivamente ajustados para mantener la presentación de nuevos personajes paralela al lanzamiento del juguete correspondiente (lo que con los años ha dado lugar en el fandom a la conocida broma de exclamar “New toys!” siempre que aparece un personaje nuevo en la franquicia) lo que en combinación con labores de animación realizadas al otro lado del océano y el alto número de personajes (¡más de 100 personajes en solo las dos primeras temporadas!) tendría como resultado un cartoon plagadito de errores de animación.

Lo cual no molestó demasiado a los jóvenes espectadores de la época, la verdad.

Pero no solo la animación se resintió debido a tal caótico proceso de trabajo: el aspecto narrativo de la serie se vería también afectado, con episodios de tramas autoconclusivas y autocontenidas sin apenas referencias a continuidad previa. De vez en cuando salía algún episodio que era excepción a esta regla, pero son apenas un puñado. Durante un tiempo el único cambio en el statu quo narrativo de la serie no era ningún avance en tramas sino la aparición de nuevos personajes… “new toys!”. Pese a todos esos problema la serie animada fue un éxito considerable en su momento y es aún hoy día recordada con cariño por gran parte de los fans, en parte gracias a la cuidadísima labor de los actores encargados de prestar sus voces a los personajes (destacando Peter "Optimus Prime" Cullen por encima de todos) y a la excelente banda sonora de Robert J Walsh en la que destaca el main theme original de la serie, obra de Anne Bryant y Ford Kinder.

Como ya hemos dicho la serie contaría con cuatro temporadas más una película. También habría una quinta temporada que no es tal. Demos un repaso: La temporada 1 (1984) es la que conoce todo el mundo, con el conflicto entre los Autobots y Decepticons llegando a la Tierra (aunque vemos algo de Cybertron de cuando en cuando), comenzando con los juguetes de la línea original de 1984 e introduciendo más adelante a otros como los Dinobots, los Constructicons, los Insecticons, etc.

La temporada 2 (1985) es la más larga y la que más amplió el reparto de personajes, teniendo un tema recurrente en los Autobots adaptándose a las costumbres de la Tierra. Narrativamente tendríamos episodios centrados en un único personaje (lo que se llama un spotlight episode), excursiones a otros mundos alienígenas y la presentación de nuevos conceptos que reaparecerían posteriormente en nuevas encarnaciones de la franquicia: la supercomputadora Vector Sigma y su llave, el antiquísimo transformer Alpha Trion, la aparición de transformers femeninas (Elita-1, Arcee), etc.

Y sale Orson Welles (WTF!?)

Tras esta temporada se produce el gran punto de inflexión de la serie animada con el estreno de Transformers: The Movie (1986), ambientada 20 años después de la temporada 2 en el futurístico año de… 2005, con el regreso de los Transformers a Cybertron. Se introdujeron nuevas razas como los Quintessons (futuros nuevos/viejos villanos), personajes como el devorador de mundos Galac... er... Unicron, conceptos como la Matriz de Liderazgo (que tiene su origen en los comics), Megatron pasaría a ser Galvatron, etc. A eso añadir como la película quitó de en medio a un alto número de personajes (destacando la muerte de Optimus Prime… más le valía ir acostumbrándose a esto) e introdujo a tantos otros nuevos (new toys!). Al margen del movimiento de merchandising inherente, esto supuso un auténtico shock para los jóvenes fans de la época al presenciar las muertes de muchos de sus héroes.

Unicron tomando el desayuno.

Llegamos pues a la temporada 3 (1986): el conflicto ahora se extiende por toda la galaxia, los Quintessons (raza que en el pasado había esclavizado a los Transformers) son los nuevos villanos centrales, los Autobots han recuperado el control de Cybertron aunque los Decepticons siguen siendo una amenaza también. Como siempre se introducirían nuevos personajes (new toys!... esto empieza a ser un patrón) en gran cantidad con los Terrorcons, los Technobots, etc… La temporada terminaría con un episodio en dos partes centrado en la resurrección y regreso de Optimus Prime (¡Y hubo gran regocijo!).

La temporada 4 (1987) puso final a la serie… si es que podemos llamarla temporada ya que únicamente cuenta con ¡tres episodios! Técnicamente un especial en tres partes titulado The Rebirth en el que pese a todo se las apañaron para introducir ¡30 nuevos personajes! Hay mucha leyenda urbana respecto a esta temporada y sobre si se produjeron o se planeaban producir más episodios. El hecho de que en este caso el opening fuese un montaje con momentos de la película y temporadas previas en vez de una secuencia original ya no era buena señal. El último clavo en el ataúd de la serie animada fue su quinta temporada en 1988, la temporada que no es: una recopilación de 15 episodios de las temporadas anteriores junto con la película remontada en cinco episodios para su emisión televisiva. Curiosamente en cada episodio teníamos nuevo metraje producido para el opening donde se nos mostraba una marioneta de Optimus Prime y a un joven humano (interpretado por un actor) al que el Autobot contaba historias del pasado de los Transformers. Toma excusa para reemitir episodios viejos, si señor…

Y a la tercera temporada, resucitó.

El cartoon también sería emitido en Japón bajo los títulos Fight! Super Robot Life Form Transformer (temporadas 1 y 2) y Fight! Transformers 2010 (temporadas 3 y 4), junto con el OVA Scramble City (cronológicamente situado entre la temporada 2 y la película). La temporada 4 (The Rebirth) en realidad no sería emitida (aunque tendría un lanzamiento posterior en laser disc) y los japoneses producirían sus propias series continuando con la historia, surgiendo así el anime Transformers: The Headmasters. A esta seguirían otras series de anime de breve duración como Super-God Masterforce o Transformers Victory, OVAs como Transformers Zone y franquicias exclusivas para el territorio nipón como Return of Convoy y Operation Combination (que ya no tendrían animación, pero si juguetes, historias cortas en manga y videojuegos)

El comic-book.

Ese Optimus hasta da yuyu.

Pasemos ahora a hablar de los comic-books de Marvel. Partiendo de las mismas premisas que el cartoon, el comic-book (con Bob Budiansky a la cabeza del equipo creativo durante la miniserie inicial y los primeros 50 y tantos números de la serie regular) pronto se establecería como un producto aparte que no adaptaría las historias del cartoon sino que establecería su propia continuidad… aunque algo farragosa. Y es que si en el cartoon se echaba en falta más desarrollo en las tramas, en el cómic la proliferación de subtramas e introducción de nuevos conceptos que añadir a la mitología de la franquicia alcanzó cotas tales que muchas ideas fueron, simplemente, olvidadas. El reparto de personajes sufría cambios constantes (recordad, había que publicitar esos juguetes) y era tan inmenso como en el cartoon, Optimus Prime se nos moriría/resucitaría otra vez afianzando esa sana tradición del personaje, se daría un origen distinto a Unicron que sería el finalmente aceptado en el corpus de la franquicia por encima del de la película y se introducirían nuevos conceptos como la Matriz de Creación (que luego veríamos en la película animada con el nombre de Matriz de Liderazgo), los pretenders (transformers camuflados como humanos… u otros seres orgánicos) y Primus (al que no nos volverían a mencionar hasta Beast Wars).

¡Gore! Para todos los públicos.

Quizá lo más destacado de los comics marvelianos de los Transformers sea precisamente el auténtico popurrí de continuidad que se terminó armando, sobre todo al producirse la división entre la edición USA de la serie y la edición UK. Esta última acabaría contando sus propias historias, profundizando en los personajes, expandiendo tramas de la continuidad norteamericana, etc. Hasta el punto de que surgirían unos cuantos aspectos contradictorios y un aumento de la complejidad de las tramas: la transformación de Bumblebee en Goldbug se produce en otras circunstancias en el cómic británico al no tener en cuenta el crossover con los G.I.Joe en el cómic USA, personajes como Megatrón siguen apareciendo a pesar de su muerte en la continuidad norteamericana, etc. Se llegó a un punto en que ambas continuidades fueron irreconciliables cuando Transformers UK inició la línea argumental Earthforce.

De Bumblebee a Goldbug, dos historias a elegir.

Al margen de todo este lío Marvel también publicaría las miniseries The Headmasters en 1987 y Transformers Universe en 1986 (esta última siendo una suerte de Handbook of the Transformers Universe). La serie madre del comic-book USA de los Transformers finalmente cerraría en el número 80. La época dorada ya había pasado, las ventas bajaban en todos los frentes de la franquicia y estaba claro que una renovación era algo necesario, pero de eso hablaremos más adelante.

Rematando…

Nos molamos.

Lo que nos importa es que la Generation 1 ha terminado… ¿o quizá no? Futuras etapas de la franquicia como Beast Wars son secuelas directas de la continuidad de la Generation 1 (lo que hace que muchos en el fandom las consideren parte integrante de la misma), mientras que esta era de los Transformers ha sido revisitada de forma regular: nuevas líneas de juguetes de Transformers siguen formando parte de dicha continuidad (Robot Masters, Micromasters Collection, Classics 2006 y Universe 2008) y distintas editoriales han publicado nuevas series de comics con sus propias versiones de los personajes de la G1 (aunque sin seguir las líneas argumentales de Marvel) como es el caso de Dreamwave (que SI retomaría líneas argumentales de Marvel pero creando una continuidad divergente), Devil’s Due o IDW (esta última a día de hoy sigue siendo la editorial de confianza de Hasbro en lo referente a nuevo material comiquero de los Transformers, siendo sus versiones de Generation 1 básicamente un reboot).

En resumen, pese al surgimiento de nuevas etapas o líneas de juguetes dentro de la franquicia, el grueso de lo que se ha dado en llamar Generation 1 sigue gozando de buena salud.


Próximo Post: Una segunda generación, animalitos variados, robots in disguise made in Japan y la trilogía Unicron.

martes, enero 26, 2010

-Coming Soon- (otra vez...)

13 series de cartoon y anime más largometraje animado.

2 películas en imagen real con una tercera en camino.

Incontables comics.

Y libros.

Y hasta un Monopoly.

Y por supuesto, muñequitos varios.


Sus vais a cagar.

lunes, enero 25, 2010

Sherlock Holmes


Reseñita breve...

El Sherlock Holmes de Guy Ritchie es la típica película irregular pero notable en sus aciertos. Un entretenimiento de corte pulp la mar de disfrutable que revitaliza a un personaje clásico intentando huir de los tópicos y acercándose a las raíces, consiguiéndolo a medias.

Los personajes, por un lado, son de las representaciones más fieles a los originales literarios de Doyle que un servidor se ha encontrado, sobre todo en el caso de un Watson que resulta perfecto y que por fin no cae en el tópico de Watson-regordete-bobalicón-simpático-que-no-se-entera... Este Watson es jugador, mujeriego (o lo era, que se nos casa), veterano de guerra, ayuda activamente en el caso y si se tercia sabe repartir leña. En el caso de Holmes… por un lado se huye de los tópicos y se tratan aspectos del personaje que se han obviado en otras adaptaciones como su don para el pugilismo y las artes marciales, mientras que otros aspectos como sus devaneos con las drogas otra vez se quedan fuera. El mayor cambio quizá se encuentre en su personalidad, para la cual en esta película se ha reforzado el lado excéntrico del personaje y el lado emocional, reflejado en su amistad con Watson y sus tira y afloja con Irene Adler. Su habilidad de deducción y observación sigue intacta, rozando en este film niveles casi superheroicos (a destacar la escena del restaurante con un Holmes que debe respirar hondo y cerrar los ojos para evitar la sobrecarga sensorial de detalles y gestos que percibe de toda la gente que le rodea)

La película está razonablemente bien dirigida, aunque siendo de Ritchie uno debe esperarse sus tics. Al menos los principales momentos de cámara lenta a lo Matrix están bien usados y hasta justificados (mostrando todo el proceso de análisis de un oponente y sus debilidades que realiza Holmes en segundos). La verdad es que el gran problema de la película es un guión que si bien no hace aguas, tiene una buena dosis de cortes y agujeros, sobre todo en la parte final, donde da la impresión de que las reescrituras han sido abundantes. Si hay secuela (y sin duda la habrá gracias a menciones a cierto profesor) el principal punto a tratar sería el pulir todos esos defectos narrativos, porque en lo referente a los personajes diría que podemos quedarnos contentos.

PD: Y si, se menciona a Mycroft (solo se le menciona), tienen un perro como en uno de los primeros relatos de Doyle, Watson tiene diarios con todos los casos que han afrontado escritos y en ningún momento de la película se escucha la frase de "Elemental..."